Por: Ismael Cala
Esta tarea requiere de una profunda reflexión. Por una parte, en el caso de haber concretado lo que nos propusimos, genera una sensación de satisfacción digna de celebrar y agradecer. En este escenario, seguramente tendremos varias personas con quienes compartir ese mérito por habernos acompañado o apoyado con lo que buscábamos lograr. Se trata del panorama ideal en el que nos sentimos en la cima para volver a fijar nuevos retos y seguir adelante.
Sin embargo, en el afán del espíritu ambicioso del ser humano, algunas personas se muestran eternamente insatisfechas y no se permiten disfrutar sus logros pensando en lo que les faltó, sin tener la humildad de agradecer lo alcanzado y llenándose de frustraciones que opacan cualquier celebración.
En otras oportunidades, como la mayoría de las situaciones en la vida, no todo es un cielo azul y despejado. En ocasiones nos encontramos con que cierto porcentaje de lo que nos propusimos no se alcanzó de forma satisfactoria.
Es entonces cuando nuestro ánimo y capacidad de superación se ponen a prueba y nos corresponde analizar con más detalle los motivos de ese incumplimiento. De las metas que no lograste ¿Por qué no se dieron? ¿Qué faltó? ¿Qué pudiste haber hecho diferente?
Tal y como planteamos en nuestras conferencias, podemos aplicar las tres “C” (Creer, Crear, Crecer) para evaluar este año que termina: Revisa tus creencias y reflexiona: ¿En qué medida te frenaron o limitaron tu evolución en 2017? ¿Qué tanto creaste en estos 12 meses? ¿Cuánto creciste hacia dentro y hacia tu alrededor? Recuerda que primero construyes tu imperio interior y luego eso se extrapola hacia lo externo para materializarse en el logro de tus metas.
Para finalizar, te detallo seis claves que te ayudarán a alcanzar una mayor cantidad de propósitos de año nuevo: plantéate metas alcanzables pero retadoras, si son muy sencillas te vas a aburrir, si son demasiado ambiciosas, terminarás frustrado; procura que puedan medirse, si no, no pasará de ser un sueño; aplica la disciplina, el compromiso es con la persona más importante de tu vida (tú); arma un plan de acción, y enfócate a cumplirlo, de nada sirve escribirlo y no volverlo a ver hasta el final del año; avanza un paso a la vez, algunas veces irás más lento, otras más rápido pero nunca te detengas y recuerda ser paciente además de compasivo contigo mismo. Muchas veces nuestro crítico más acérrimo somos nosotros mismos.
A partir de esta semana, tienes otro año completo para volver a intentar alcanzar lo que quieres. Por aquí te seguiré escribiendo para acompañarte en este maravilloso viaje.
¡Feliz Año de Nuevos Propósitos!