Aprovechar la relocalización empresarial requiere profesionales capacitados y estrategias para atraer conocimiento global.
Por Manuel Ramírez Archila
Country Managing Partner Guatemala,
EY Centroamérica
¿Qué está impulsando la guerra comercial?
Hace unos días, el presidente de los Estados Unidos, Sr. Donald Trump, anunció las nuevas tarifas arancelarias. El incremento arancelario se está realizando mediante “ordenes ejecutivas” (disponibles en la página web de la Casa Blanca), que, a la fecha, podríamos resumirlas de la siguiente manera:
- 25% sobre el acero y el aluminio que entre a los Estados Unidos desde cualquier país del mundo (vigente desde el 12 de marzo);
- Desde el 4 de febrero, un 10% a las importaciones desde China, más un 10% adicional vigente desde el 4 de marzo.
- Para México y Canadá, un 25% en varios productos no cubiertos por el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá. Este efecto parcial es el resultado de haber reversado la intención inicial de imponerlo a todos los productos.
Además de lo anterior, también ha circulado que hay intenciones de imponer nuevos aranceles a la importación de productos agrícolas provenientes desde cualquier país del mundo, así como a vehículos manufacturados en el exterior, de los cuales se anticipa una vigencia para el 2 de abril. Esto, sin contar las respuestas que tendrá Estados Unidos a los aranceles específicos recién establecidos a los productos estadounidenses por la Unión Europea -entre otros-.
¿Cuál es el interés de los Estados Unidos?
Conforme la America First Trade Policy, emitida el 20 de enero de 2025, el Gobierno del presidente Trump indica que está definiendo una estrategia integral, a través de políticas comerciales, para priorizar los intereses económicos y de seguridad nacional de Estados Unidos.
Para garantizar que las políticas comerciales beneficien a los trabajadores y empresas estadounidenses, ordena investigaciones sobre los desequilibrios comerciales, la manipulación de divisas y la eficiencia en la recaudación de aranceles (además de una revisión de los acuerdos comerciales existentes).
El memorando establece acciones económicas y de seguridad específicas con respecto a China, particularmente la evaluación de aranceles, violaciones de propiedad intelectual y controles de inversión extranjera para contrarrestar prácticas comerciales desleales. Además, ordena una revisión amplia de la base industrial y manufacturera de Estados Unidos para abordar vulnerabilidades y proteger sectores críticos.
Aunque también incluye medidas para combatir la importación de productos falsificados, drogas ilícitas y la migración irregular a través de acciones de cumplimiento comercial, se entiende que el interés principal es fortalecer la producción y competitividad estadounidense, garantizar la seguridad económica y reforzar sus políticas comerciales.
¿Qué oportunidades podrían surgir para Guatemala?
Al estar fuera del foco central en el que se encuentran las grandes potencias comerciales involucradas en la disputa arancelaria, Guatemala tendría una posibilidad para el nearshoring de las grandes empresas estadounidenses.
Recordemos que el nearshoring implica relocalizar la manufactura o los servicios a un país cercano, en lugar de subcontratarlos en ubicaciones como China o Vietnam. Esto permite a las empresas estadounidenses reducir costos, mejorar la cadena de suministro y aumentar la eficiencia operativa, manteniendo la producción más cerca de sus principales mercados.
Para las empresas estadounidenses, el nearshoring significaría trasladar la producción a México, Centroamérica o el Caribe, en lugar de Asia, aprovechando la proximidad geográfica, la alineación cultural, acuerdos comerciales y los menores costos.
El nearshoring ofrece a Guatemala una gran oportunidad para atraer inversión extranjera, generar empleo y aumentar las exportaciones. Al mejorar la infraestructura, seguridad y capacitación de la fuerza laboral, el país puede posicionarse como un destino líder para el nearshoring de empresas estadounidenses, especialmente en manufactura y BPO.
¿Cómo mitigar la ventaja que Costa Rica nos lleva en cuanto a talento altamente capacitado?
Si bien el nearshoring presenta grandes oportunidades, entre los desafíos que comúnmente se consideran que debe abordar Guatemala se encuentran: la mala infraestructura (urge mejorar puertos, aeropuertos y carreteras), el costo actual de la energía eléctrica, la seguridad y la estabilidad política.
Sin embargo, uno de los desafíos que comúnmente se omite mencionar es la formación académica y técnica de la potencial mano de obra. Costa Rica tiende a ser un destino con altas probabilidades para las grandes inversiones dado el nivel académico de una buena parte de su población (reflejada en el diseño de semiconductores en la planta de Intel, por ejemplo).
Por ejemplo, en términos generales respecto la población total, contamos con pocos ingenieros graduados por las universidades guatemaltecas respecto de lo que podría demandar el nearshoring una vez adoptado como política país. Esto limita nuestras capacidades de crecer en las áreas de tecnología e industria.
Nuestros regímenes de incentivos no consideran esta variable. Podría discutirse, evaluarlo y generar un atractivo para que profesionales extranjeros (en ciertas áreas de interés para el país, como ingeniería, por ejemplo), puedan ser contratados por empresas que ya cuentan con licencias para operar en regímenes de incentivos y que exista dispensa de requisitos de contratación de extranjeros, contribuciones al IGSS e, incluso, al pago del Impuesto Sobre la Renta individual.
También podríamos evaluar alternativas para hacerle atractivo a los guatemaltecos que han logrado salir a estudiar y capacitarse en los mejores centros académicos alrededor del mundo, que regresen a Guatemala o contribuyan desde el extranjero en oportunidades que directamente contribuyan al desarrollo de capacidades tecnológicas y productivas (alineado a la inversión extranjera que se capte en esas áreas).
Nos urge atraer inversión extranjera y el mapa de ruta es muy claro. Consideremos también alternativas para remediar las carencias en capacidades profesionales que permitan atraer servicios de “alto valor” y generar un positivo intercambio de conocimiento para todos los involucrados.
Sobre Manuel Ramírez: es el Country Managing Partner de la oficina de EY en Guatemala. Tiene más de 22 años de experiencia asesorando en materia fiscal, tanto el campo de la tributación local como internacional. Se ha enfocado en aspectos fiscales derivados de la inversion extranjera hacia Centro América, Panamá y República Dominicana, así como en los aspectos fiscales derivados de la expansion commercial de grupos regionals hacia otras jurisdicciones.
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