Por: Adriana Olivares Sáinz
Columnista de PERSPECTIVA
En pleno S.XXI, la comunicación irrumpe con fuerza. Rompe paradigmas y abre nuevas fronteras. La información se convierte en una piedra angular en el mundo de los negocios con grandes desafíos en la actualidad. Retos candentes ante una era audiovisual y digital que mueve masas escondidas, estereotipadas y segmentadas. De ahí la importancia de aprender a comunicar con efectividad. Se trata de un reto para muchos compañías porque, en ocasiones, los frutos cosechados no son los deseados.
La definición de una buena planificación y estrategia pormenorizada con claros objetivos marcados en tiempos definidos es fundamental para trazar una hoja de ruta corporativa a seguir y alcanzar altas cuotas de presencia de marca y posicionamiento en la mente de nuestro público objetivo. Se trata de actuar sin improvisaciones y de estar preparados con astucia ante cualquier contratiempo o necesidad.
La comunicación es cada vez más social, abierta y flexible. El auge de las nuevas tecnologías e Internet abre las puertas a todo un abanico de posibilidades y oportunidades a la hora de realizar este proceso comunicativo».
Con la incursión de los nuevos canales de comunicación y el auge de las redes sociales, el usuario desempeña el rol protagonista, pasando de ser receptor a generador de contenido a través de una variopinta plataforma digital. Es así como nace la figura del Prosumidor, concepto proveniente de los términos consumidor y productor.
En el mundo empresarial, destacamos la figura del portavoz. Ellos son la voz, la imagen y el alma de la empresa. No sólo deben comunicar con solvencia y asertividad el lanzamiento de sus nuevos productos o abogar por ser facilitadores dentro de sus compañías, sino que su figura es primordial a la hora de saber gestionar la comunicación en tiempos de crisis.
Un claro ejemplo de ello lo encontramos, recientemente, en el caso de la aerolínea Lufthansa. De la noche a la mañana, su nombre acaparó toda la atención de la crónica internacional con el siniestro del avión de su compañía de bajo coste, Germanwings, en los Alpes franceses y el fallecimiento de las 150 personas a bordo. Las declaraciones de los más altos directivos de la compañía dieron la vuelta al mundo con este trágico suceso. Su presidente ejecutivo, Carsten Spohr, corroboró en rueda de prensa que el avión fue estrellado voluntariamente por parte de uno de los copilotos.
Situaciones como ésta, ponen a prueba y al límite a muchas empresas con proyección internacional. Por ello, es fundamental contar con el respaldo de profesionales de la comunicación a la hora de realizar procesos de ésta índole y, al mismo tiempo, tener en cuenta las siguientes consideraciones:
· Ser coherente con el fondo y la forma de sus mensajes y argumentos.
· Ser preciosos y concisos.
· Hacer pausas al hablar.
· Utilizar un tono conciliador.
· Una imposición de voz agradable.
· Antes de empezar a hablar, escribirnos en un papel los principales puntos o ideas a desarrollar, con el fin de ser ordenados en nuestra exposición.
· Evitar irnos por las ramas.
· Procurar comunicar siempre con positivismo.
· Corroborar las fuentes de información.
· Adaptar el mensaje al receptor.
· Siempre que sea posible, utilizar imágenes y/o vídeos de apoyo.
· Ir al grano.
· El inicio y el final de nuestro discurso son las partes más importantes.
· Cuidar su imagen y adaptar su vestimenta ante el tipo de noticia que va a contar.
· Controlar sus ademanes: usarlos con mesura.
En definitiva, recuerde que el poder de las palabras radica en quien sabe usarlas y que un compendio de detalles como el semblante, el parpadeo de ojos, los ademanes y, sobretodo, la actitud, serán claves para comunicar con credibilidad y claridad sus mensajes de forma veraz y fidedigna.
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