Por: Luis Rodrigo Asturias
En los países en vías de desarrollo en donde las micro y pequeñas empresas localizadas tanto en áreas urbanas como rurales, tienen características de pequeña escala independientemente del sector en que operan que pueden ser comercio, servicios, agricultura y artesanía; su nivel tecnológico es bastante bajo y no se observa crecimiento constante, debido a que una gran cantidad de las inversiones se quedan sin movimiento. La imposibilidad de desarrollo se debe a que los micro empresarios no tienen acceso a recursos financieros para impulsarlas, ya que el sistema bancario formal no los reconoce como sujetos económicos.
Una de las posibles soluciones es el microcrédito enlazado con una cultura de responsabilidad por parte de los microempresarios, que puede ser creada con una serie de pequeños cursos de administración-financiera que mejorará la estructura organizacional de su empresa y al mismo tiempo serán considerados para futuros préstamos. La creación de una oferta de servicios microfinancieros específicos puede brindar también una herramienta para la constitución de grupos de productores y por consiguiente, se genera confianza en sí mismos, en el pago de sus recursos y en el fortalecimiento de sus capacidades individuales. El microcrédito se puede considerar algo más que una actividad simplemente bancaria, sino que merece ser considerado como una herramienta que posee un potencial elevado en el desarrollo económico y social. Los programas de microcrédito se han puesto en marcha en la mayoría de países en el mundo, con el fin de ofrecer crédito, asistencia técnica así como la formación a sujetos que no tienen acceso al sector bancario, y que los microempresarios puedan poner en marcha o ampliar una actividad económica pequeña que les permita incrementar sus propias utilidades e igualmente aumentar el nivel de vida de su núcleo familiar. El objetivo fundamental de los programas de microcrédito es el mejoramiento de la situación social y económica de cierto estrato de la población, cuya actividad es demasiado reducida para poder construir una garantía suficiente. Sumado a esto, las experiencias micro crediticias que se han evaluado permiten constatar que la tasa de rembolso de los préstamos se distingue por presentar en general un elevado retorno, un resultado que aparentaba ser difícil dada la difícil situación económica de las personas participantes en programas de este tipo.
Podemos decir que individuos con un bajo nivel de ingresos están en condiciones de cumplir los términos de pago exigidos por los programas de crédito, cuando se utilizan metodologías especificas que permitan garantizar el rembolso y puedan al mismo tiempo, adaptarse a las condiciones socioeconómicas de los beneficiarios como lo menciona el Economista Francesco Bicciato
El microcrédito se puede considerar algo más que una actividad simplemente bancaria, sino que merece ser considerado como una herramienta que posee un potencial elevado en el desarrollo económico y social.