Por Salvador Paiz
La respuesta a esa pregunta es un rotundo sí. La verdadera pregunta es, ¿Cómo? ¿Cómo logramos ese desarrollo incluyente para todos? ¿Cómo logramos que Guatemala se convierta en un país de oportunidades y en un ejemplo para nuestra región? Para lograr esto, recientemente nuestras autoridades, en alianza con el sector empresarial y fundaciones de sociedad civil, presentaron una propuesta que busca dinamizar la generación de empleo durante la etapa de recuperación.
Se trata del informe “Investigación Estrategia de Desarrollo del País”, realizado por la reconocida consultora internacional McKinsey & Company, Inc, la cual se dedica a resolver problemáticas sobre administración estratégica, ya sea de negocios, instituciones, o bien, gobiernos. Durante 12 semanas, McKinsey indagó en los retos que tiene nuestro país a nivel económico y en las ventajas que poseemos para hacerle frente a dichos retos. El informe identifica las oportunidades para apalancar nuestras ventajas competitivas a nivel mundial, y así fortalecer nuestras exportaciones con valor agregado, identificar mercados potenciales y atraer inversión extranjera directa.
Este estudio identificó un potencial de incremento en nuestras exportaciones de 20 productos, que podrían representar ventas adicionales de $5 mil millones para el 2030. Otro hallazgo importante es que nuestro país tiene todas las características para poder convertirse en un hub regional en cuatro sectores específicos. Esto podría atraer alrededor de $300 millones adicionales de inversión extranjera directa.
Lo he dicho en reiteradas ocasiones y es que, Guatemala, es el país del eterno potencial. ¿Por qué eterno? Porque nunca terminamos de alcanzarlo completamente. Nunca le logramos sacar provecho. Vivimos en una tierra llena de bondades y recursos, somos un país joven y contamos con un capital humano sumamente valioso. Pero no hemos aprovechado tales ventajas, y el tiempo no está jugando a nuestro favor.
Debemos pasar de ser ese país del eterno potencial, a capitalizar sobre ese potencial. Necesitamos que ese potencial se aproveche a favor de todos los ciudadanos y que se logre ese desarrollo incluyente. Esto significa que debemos elevar los ingresos per cápita a los niveles y a la velocidad requeridos para atender las apremiantes necesidades de nuestra población.
El Covid-19 y el fenómeno nearshoring, son shocks que han generado una desarticulación en las cadenas de suministro a nivel global. Estas desarticulaciones deben ser percibidas como oportunidades para acrecentar nuestro rol en dichas cadenas. De allí surge la propuesta de reactivación económica para nuestro país, realizada por McKinsey & Company, Inc. Esta propuesta pretende guiarnos en cómo poder aprovechar esa ventana de oportunidad que hoy se nos presenta, a raíz de todos estos cambios que estamos viviendo a nivel global.
Aplaudo que exista un esfuerzo de reactivación económica basado en acciones concretas, pero, sobretodo, el que se realice en unión. Celebro que este plan haya sido trabajado por autoridades de nuestro Organismo Ejecutivo, autoridades municipales, empresarios y fundaciones de sociedad civil. Celebro la unión, ya que es un elemento que tanto necesita nuestro país. Pero, no es suficiente. Todavía falta que muchos de ustedes se comprometan con esta importante causa. Necesitamos pasar de las ideas “bonitas”, a verdaderamente ejecutarlas. De nada servirán las propuestas ni los planes, si no ponemos manos a la obra y damos paso acelerado a esos cambios que buscamos.
Debemos trabajar alrededor de aquellas cosas que nos unen y sobre las cuales existan acuerdos. Este plan de reactivación económica podría ser una buena manera de comenzar. Dejemos atrás la polarización y enfoquémonos en trabajar en mejorar nuestro país. No podemos dejar pasar más tiempo. Trabajemos en conjunto a favor de Guatemala y logremos ese desarrollo incluyente que tanto anhelamos y que tanto urge en nuestro país.