Nicolás Díaz Jimeno
Hoy me alejo de las temáticas de las que normalmente escribo, para abordar una ciencia que me apasiona, la política y sus vericuetos, porque creo que con los hechos recientes del país, es necesario hablar del tema, así que aquí vamos.
«Yo como quisiera que se acabaran los actuales «partidos políticos» en Guatemala, y que surgieran nuevas personas, buenas, limpias, honestas, sin pasado de corrupción«, fueron las palabras de una persona con la que hablaba recientemente, aludiendo a la actual crisis del gobierno de Guatemala, generada por el exabrupto que se dio en el Congreso de la República y la aprobación del presupuesto del 2021.
Coincido totalmente con él, el problema es que esa persona en la Guatemala actual pareciera no existir, y si existe, aún no lo conocemos, creo que en este país hay personas con la capacidad de dirigir los destinos de esta nación de manera sensata y sobre todo, transparente.
Estoy seguro y tengo la esperanza que algún día ese Guatemalteco, que debe andar ya por ahí, se aparezca y ponga su nombre, ideas y proyectos a consideración del pueblo, y entienda que servir a la patria desde el sector público no es solo un honor, muchas veces, como cuando suceden cosas como las que suceden en Guatemala, es una obligación.
En Guatemala urge eso, líderes, un hombre o una mujer que entienda y se conecte con la verdadera realidad del país y sus necesidades, ella o él deben tener resuelta su situación económica para que no sea tentada por la ambición y el dinero fácil.
Saben ¿por qué se roban al Estado? Porque se puede!!, no existen verdaderos mecanismos de control de los recursos públicos, y los pocos que hay, no funcionan de manera eficaz.
Ahora bien, ese líder no es y no debe ser visto como un «Mesías», esos liderazgos nos son sanos, la gestión de un líder debe estar enmarcada dentro de una organización, de un partido político, porque es a través de los partidos que se logran conformar planes de trabajo atados a una visión de país, una visión de Estado y no de Gobierno, planes que no respondan a los intereses de uno, sino a los intereses de todos, intereses de carácter nacional, que sobrevivan a los «Mesías» de turno, estos siempre van y vienen y así debe ser, pero el país debe prevalecer, por encima de liderazgos personales que siempre son y deben ser temporales
Ya lo decía gran Líder y Prócer de la independencia de 5 naciones en Latinoamérica, el gran Simón Bolívar, “Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la libertad republicana, y nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo magistrado que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente”.
