Por: Juan Manuel Rodriguez
Jimmy Morales está ausente, sedado, aletargado. Es un vago recuerdo de lo que fue un comediante activo. Obviamente, le debe costar trabajo poder tomar el rumbo del barco si ya hay dos capitanes con bandera de injerencia que hacen el trabajo por él. Tristemente, acá el barco tiene cualquier bandera menos la guatemalteca. Y es por eso que no debemos dejar que se nos robe el Estado, la República, nuestra Guatemala por meras agendas, como mencioné, descaradamente ajenas.
Parte de desestabilizar al país es, desestabilizar la percepción. En política, todo es percepción. Si los medios, los diferentes actores y la sociedad en general repite, “el presidente es lo máximo”, una gran parte de la población se lo creerá. Y funciona aún mejor al revés. Aunque la situación real sea cualquier otra. A eso es lo que llamamos percepción general. Eso, la injerencia lo sabe. ¿Recuerdan como Estados Unidos logró desestabilizar a un timorato y pacato Árbenz? Con un par de avionetas que tiraban volantes, un poco de alboroto y un invento de una guerra y una invasión que solamente estuvo en el imaginario colectivo. Y aunque los puntos en la agenda eran diametralmente opuestos, al final es la misma injerencia y esa prepotencia de quererle arrebatar a Guatemala su soberanía, que como el mismo Embajador de EEUU actual pronunciara, “es lo último”. Pánico, confusión y caos es lo que produce una desestabilización. Esto puede surgir natural, como fuera el caso del Patriota, donde fue la sociedad civil la que se levantó y luego, oportunistas con claras agendas quisieron tomar protagonismos. En río revuelto, ganancia de pescadores. Pero claramente la desestabilización se puede crear también cuando se tiene el poder y a los jugadores de su lado.
Sandra Morán y Leocardio Juriacán, Diputados de flagrante izquierda de nuestra bella patria, han seguido el guion al pie de la letra y han querido cooperar a un claro intento de desestabilización al interponer una denuncia en el MP en contra del fantasma con el que empecé el artículo, Jimmy Morales. Podrá ser muy fantasmagórico, pero al final es nuestro presidente, electo como la ley manda. El caso de las 41 niñas fallecidas en el supuesto “Hogar Seguro”, es para llorar, y espero la investigación sea llevada a cabo con total fuerza para que no queden estas víctimas como una estadística más. Pero querer llevar a Morales preso acusándolo de responsable de que las niñas estuvieran bajo llave, es completamente desestabilizante e insensato. Entonces todos los presidentes estarían presos si se les adjudicara cada decisión que se toma en el día a día en las diferentes instituciones. ¡Ridículo!
Es notorio que querer desestabilizar viene de una agenda más amplia que solamente querer velar porque se cumpla la ley y se responsabilicen los hechos del infame “Hogar Seguro”. Es una pena y una desgracia que se utilice una tragedia para intereses de grupos que quieren desestabilizar para llegar al poder. Es increíble que una ideología fracasada venga ahora con alianzas de la injerencia para querer romper nuestra institucionalidad. ¡Cachados!