“El periodista además de ser íntegro, debe rendir cuentas a su público»
Mario Mérida
Antes de que inicien las descalificaciones por el atrevimiento de la entradilla del presente artículo, aclaro que la frase corresponde a una entrevista realizada por Oscar Herrera a la periodista Cristiana Chamorro (elPeriodico. 19/09/2004) *, quien visitó el país como parte de la “Comisión sobre medios y democracia en Centroamérica”.
La reunión en mención dio continuidad a una investigación realizada por el Programa de Dinamarca para Centroamérica (Prodeca) y al Diálogo Interamericano, titulado “El turno de los medios: El periodismo centroamericano frente a la agenda de democratización”, para trascender desde una etapa primaria a partir de los ochenta “… en donde la lucha de los medios era lograr la democracia”; los 90, “fue comenzar a transitar en estos periodos de transición y ahora -2004- “es el turno de rendirle cuentas al público y actuar como actores democráticos”.
El compromiso final fue unir esfuerzos para “Mejorar la calidad del periodismo, reflexión y autoevaluación, así como una compilación de normas de calidad profesional y ejercicio ético son parte de las características consensuadas entre representantes de medios de comunicación para establecer el Foro Centroamericano de Medios y Democracia”.
Estefanía Molina, publico hace dos años el artículo PERIODISMO Y POLÍTICA: RELACIONES DE PODER (Beers&POLITICS. Octubre, 6 2019), que inicia con la frase: “El periodismo es travesura, lo mismo que la política. Son el mismo círculo en diferentes espacios.” (Valle-Inclán, Luces de Bohemia, 1924).
Esta visión simbiótica que del Valle-Inclán tenía de la política y el periodismo, ubica a estos como “dos actores claves en las democracias liberales y cuyo místico intercambio despierta profundo interés, dando pie a una extensa mitología de relaciones e intereses ocultos –unas veces oscurantista, otras buenistas– desde la industria filmográfica y televisiva (House of Cards, The Newsroom, The West Wing…)”.
Lo expresado por Valle-Inclán hace ochenta años, empata con el desafío planteado por Cristiana Chamorro*: “actuar como actores democráticos” (2004). ¿Cómo llevar a cabo, esta tarea por los medios -si quieren asumirla- para evitar alinearse indirectamente con agendas políticas e intereses sectoriales? es el reto. Es momento de ser actores y asumir los roles que la democracia y la población esperan, antes de sucumbir ante la dinámica de las redes sociales.
Para lograr la independencia y neutralidad, es necesario formar a los periodistas -radio, televisión y medios impresos-, no deben salir a las calles sin información relacionada con la coyuntura política.
Kelly Robledo-Dioses, en su artículo “Periodismo político: una aproximación al rol social de la profesión y su relación con la democracia” (2017. P. 23)[1], expresa que el periodismo político, es acorde con la definición de Quesada (2012, p. 24), para quien este, es el resultado de “la aplicación minuciosa de la metodología periodística de investigación a los múltiples ámbitos temáticos que conforman la realidad social, condicionada siempre por el medio de comunicación que se utilice como canal, para dar respuesta a los intereses y necesidades de las nuevas audiencias sectoriales”
Otro autor citado Kelly Robledo-Dioses, es Soria (2012, p. 28), destaca tres gestos humanos del periodista: “el periodista es mirada e inteligencia; está comprometido con una pasión profesional; y sabe llegar al corazón y a la cabeza de sus contemporáneos”. Que se complementa con lo expresado Darío y Astudillo (2005, p. 101), quienes agregan, que se trata de “un profesional atento a las necesidades del público, fiel y exacto en la descripción de los hechos y del rol que juegan cada uno de los actores activos y pasivos de aquellos hechos”
Es el momento en que el periodismo político “… garantice la conformación de un foro público abierto a una diversidad de ideas y acciones para crear comunidad en las sociedades democráticas” (Robledo-Dioses, K).
[1] Robledo-Dioses, K., (2017). Periodismo Político: Una aproximación al rol social de la profesión y su relación con la democracia. Comhumanitas: Revista Científica de Comunicación, 8(2), 22-32.