Mario Mérida
Durante una conferencia acerca del nuevo poder global, que se configura como resultante de la pandemia -producción y el control de las vacunas, medicinas y equipo médico- y el control para su contención por parte de los países desarrollados, me fue planteada la pregunta acerca de la existencia de un pulso ente Medios de Comunicación (MCS) y Redes Sociales. Inicialmente, aclaré mi desacuerdo con la existencia de una disputa, pero no desestimo que algunas veces las RS, son más consultadas con relación algunos sucesos, así como la intervención de gobiernos populistas en estas, para influir en sus habitantes según sus intereses.
La respuesta es compleja, para responder éticamente debería consultarse al público -el soberano-, como el gran receptor de la información, a los reporteros, editores y por supuesto a los propietarios de los medios de comunicación, tarea compleja por cuanto esta debería ser responsabilidad de los propietarios. Nótese, que no están incluidos los columnistas de opinión; por cuanto no están regidos por ninguna normativa, de hecho, los MCS no se hacen responsables de estas publicaciones. Personalmente, considero que las complejidades expuestas son salvables, si se aprecian desde la visión del ciudadano.
Primeramente, debe quedar claro que los MCS, divulgan noticias cuya difusión consideran útiles para la ciudadanía por su aporte a la cotidianidad[1]. Sin desatender los temas culturales, deportivos, entretenimiento e internacionales; productos que el ciudadano puede aceptar o rechazar.
Los MSC, radiofónicos, audiovisuales e impresos tienen una línea informativa, que se advierte en su lema o identificación periodística. Por ejemplo, los medios impresos, que también se difunden digitalmente, como: elPeriodico, desarrolla su campaña… “No me engañas” … #YoLeoelPeriodico”; Prensa Libre… “UN PERIODISMO INDEPENDIENTE, HONRADO Y DIGNO”; La Hora… “Tribuna, no mostrador”; Nuestro Diario… “Noticias como son”; Soy 502… “Reflejar con rigor los retos que enfrenta Guatemala sin olvidar las razones que permiten ver al futuro con esperanza; Publinews… “la dosis justa de información en el lugar y momento correcto”. Además, de innumerables medios digitales serios y responsables, como PERSPECTIVA.
Erróneamente se ha colegido que la información o reproducción de noticias, que circulan por las Redes Sociales, las hacen parte del conglomerado de MCS. Pero, no es así, los medios de comunicación son reconocidos por su representatividad social, para algunos “son la voz de del pueblo. Según un informe de Latinobarómetro (2018): Los MCS, tienen el 44% de credibilidad, versus el 22% del poder judicial, 17% de congreso o parlamento y el 11% de los partidos políticos”. Es más, los MSC, están regulados por una norma constitucional que prevé, que: “Quien en uso de esta libertad – libre la emisión del pensamiento- faltare al respeto a la vida privada o a la moral, será responsable conforme a la ley” (Articulo 35. CPRG), que desarrolla la Ley de Emisión del Pensamiento (Art. 27, 1966)
Rosario Peiró[2], comparte una definición de redes sociales, fácilmente comprensible, para el ciudadano de a pie: “Las redes sociales son comunidades formadas por diferentes usuarios y organizaciones –No necesariamente reconocidas legalmente-, que se relacionan entre sí en plataformas de Internet”. Entre las que sobresalen Facebook, Twitter, Google y LinkedIn-.
Las RS tienen más de una ventaja sobre los MCS, pero, no necesariamente el nivel de confianza, credibilidad, responsabilidad y legalidad. Las identificadas por Peiró son: “Comunicación inmediata, Oportunidades laborales, Entretenimiento, Denuncia social, Compartir conocimientos. Empresarialmente: Mejora la visibilidad de la marca, Difusión de contenidos de la empresa y Medir las acciones de marketing”.
Los inconvenientes citados por Peiró, aparentemente son mínimos, no obstante, lo importante es comprender el nivel de riesgo y la vulnerabilidad de los usuarios, principalmente por la usurpación de su nombre o sitio web. Las desventajas más comunes son: “Estafas, Configuración de privacidad, Adicción”. Otras que suelen ocurrir son la exposición al acoso, infiltración de personas de reputación dudosa, exposición masiva de sus actividades personales, perdida de privacidad, jaqueo de sus cuentas.
La interrogante obligada, es ¿Se debe prescindir de las RS? No. Pero, si tomar precauciones. Imagine, que siempre, que interactúa en las redes, corre el riesgo de ser usado como cartero digital de fake news -información falsa-. Recuerde las RS no son medios de comunicación y quienes publican en ellas no necesariamente son periodistas, así como, la probabilidad que estas sean utilizadas por algunas personas con fines criminales y perversos en beneficio de sus intereses.
[1] Uribe Fernández, Mary Luz. La vida cotidiana es la esfera común de construcción de la subjetividad y la identidad social, manifestada en los siguientes ámbitos de heterogeneidad: 1) personal, 2) familiar, 3) cultural, 4) laboral y 5) sociedad civil. Cada uno se interrelaciona entre sí. Al generarse una alteración en alguno de ellos, puede haber un impacto en el desarrollo de los demás. (La vida cotidiana como espacio de construcción social Procesos Históricos, núm. 25, enero-junio, 2014, pp. 100-113)
[2] Redes sociales, economipedia.com 3/octubre/2017