Por: Dr. Virgilio A. Cordón
Columnista de PERSPECTIVA
Un estudio realizado recientemente por la Escuela de Negocios de Stanford encontró que dos terceras partes de los dueños de las empresas no reciben coaching ejecutivo o desarrollo de liderazgo y casi la mitad de los gerentes tampoco tienen acceso a estos programas. Paradójicamente, casi el 100% de los entrevistados afirmó que les gustaría recibir coaching para poder desarrollar sus habilidades, tal como lo reportó Bloomber BusinessWeek y Forbes. En mi experiencia, me atrevo a asegurar que en Latinoamérica los porcentajes son mucho más altos. Por lo tanto la pregunta es: ¿Por qué los dueños de las empresas y gerentes reconocen la necesidad pero no la buscan?
Creo que la respuesta está en la diferencia entre lo que ellos creen que el Coaching brinda y lo que ellos creen que necesitan. Éste contraste crea una división entre el deseo y la acción y éstas diferencias son creadas involuntariamente por muchos programas de Coaching. El problema es que varios programas omiten un elemento que es vital para desarrollar sus habilidades y eficiencia: aumentar su autoconocimiento que les permite a través de un reconocimiento honesto, sus fortalezas, debilidades y valores. El auto conocimiento es crucial para el desarrollo del liderazgo y es la base del Coaching.
Muchos dueños de empresas y gerentes de primera línea creen que el Coaching es un remedio en lugar de lo que es: un programa que desarrolla el alto rendimiento, de la misma forma que lo hace un atleta a nivel competitivo».
La alta gerencia está interesada en temas relevantes como: el compromiso en su personal, manejo de conflictos ó desarrollo de negociación y ponen la inteligencia emocional, la persuasión, la empatía, la comunicación asertiva y otras habilidades como temas secundarios. Es tarea del Coach enseñarle a su cliente que sin el desarrollo de ésas habilidades “suaves” es prácticamente imposible impactar su negocio de la forma que lo necesitan.
Mientras más alta es la posición de un gerente, más requiere el desarrollo de competencias para manejar las relaciones productivas, manejo de conflictos, asertividad en su comunicación y otros temas que implican liderazgo. Sólo a través de éstas habilidades se logra lo que al final se busca: empoderamiento, trabajo en equipo y desarrollo de una visión clara con metas medibles, que darán como consecuencia los resultados esperados.
El manejo del poder es el resultado de un buen proceso de Coaching ya que se desarrolla a través del liderazgo y la empatía».
Veamos un ejemplo: Un estudio desarrollado por la escuela de negocios de Northwestern’s Kellogg, demostró que el aumento del poder mal manejado en la organización provoca que se pierda la habilidad de entender los puntos de vista de los otros que no tienen “su mismo nivel”, provocando falta de consensos en sus equipos. Esto muestra debilidad en la empatía que es necesaria para el desarrollo del liderazgo. La falta de desarrollo en ésta y otras áreas que se descubren en el Coaching, provocan un “entrampamiento” de la organización que provocan la renuncia o despido de un Gerente. Éxitos.
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