Sin lugar a dudas, la mayoría de las personas que no alcanzan sus metas se debe a una falta de motivación real en el trabajo o estudios. Muchas veces me preguntan: ¿cómo logro motivar a mis colaboradores, a mis hijos o a mí mismo? Es una pregunta difícil, pues hay tantas respuestas como personas en el mundo, ya que cada uno de nosotros somos únicos y el secreto es descubrir qué nos motiva a cada uno.
Un líder eficaz es el que es capaz de moverse y mover a otros a la acción a través de una fuerza invisible que se llama emoción. Para influenciar a alguien, lo primero es saber qué lo motiva”
Por lo tanto, el primer paso es conocerse a uno mismo, a sus hijos o colaboradores a nivel personal y esto, obviamente, requiere tiempo. Cuando le pregunto a las personas qué les motiva, usualmente su respuesta se enfoca en que no le motiva, o en cuestiones del pasado, cuando en realidad debe estar basado en lo que desea HOY. ¿Qué motiva a las personas? ¿Qué hace que unas tengan una vida plena (éxito, calidad de vida y contribución) y otros no? ¿Por qué algunas personas que, al parecer, tienen todo en la vida para triunfar no lo hacen y otras que no tienen recursos logran hacerlo? Simplemente porque no se trata de tener los recursos, sino de tener la ACTITUD correcta.
Mi conflicto con algunos modelos de psicoterapia es que se basa en escudriñar el pasado de las personas para entender su futuro, como que si su biografía fuera la base de su destino. Debemos entender que nuestras decisiones son las que moldean la vida y no las condiciones en que vivimos, pues poseemos la voluntad y el espíritu humano para llevar nuestra vida a donde queramos. Básicamente, lo que nos motiva son las EMOCIONES y las emociones son las que moldean nuestras acciones y resultados. ¿Ha notado usted que cuando las personas justifican sus fracasos usualmente se refieren a la falta de “recursos”? Tales como los estudios, tiempo, contactos, dinero, experiencia, etc. Sin embargo, cuando hablamos con personas que han tenido éxito y les pedimos que nos compartan sus experiencias, nos damos cuenta que nos hablan de “emociones”, como determinación, persistencia, actitud, creatividad, pasión, amor, etc. actitud, creatividad, pasión, amor, etc.
Motivar al ser humano implica dedicarle tiempo para conocerlo a nivel personal y descubrir sus emociones”
Una vez entendemos que nuestras emociones producen motivaciones, que a su vez moldean nuestras actitudes y que nuestras actitudes impactan nuestras decisiones, la tarea de fondo es entonces CAMBIAR NUESTRAS EMOCIONES. La forma principal de cambiar las emociones se basa en lo que nos enfocamos en nuestras vidas. ¿Por qué? Porque al enfocarnos en algo, automáticamente le damos un significado y al darle significado inmediatamente le ponemos una emoción, lo cual provoca una motivación. Por lo tanto, un buen ejercicio es preguntarse: 1) ¿En qué me enfoco? ¿En el presente, pasado o futuro? ¿Estoy pensando en mí o en los demás?; 2) ¿Qué significado le doy a mi vida? ¿Soy libre o estoy amarrado a algo que me cuesta soltar?; 3) ¿Qué emoción he decidido ponerle a mi vida?, ¿Estoy renunciando o luchando?, ¿Soy víctima o protagonista? Ahora entendemos, por qué la motivación basada en un ambiente agradable o en un curso no es suficiente, es tan sólo el inicio de un proceso. ¡ÉXITOS!
