Por Ivan Buitron
Sin lugar a duda, la realidad no se puede borrar con una opinión, crítica o pensamiento ideológico. Creo que esta es una coyuntura trascendental para Guatemala. Por eso es necesario resaltar algunas contradicciones que contribuyen a la polarización y no permiten visualizar una salida para construir una Guatemala como la que todos soñamos.
En primer lugar, lo que sorprende más es la falta de la visión país para todo lo que se propone. Hay un énfasis de ver todo desde los intereses personales o sectoriales que impiden ver la realidad completa. Preocupa mil veces más la sobrevivencia, conservar privilegios, que ver cómo generar un mayor equilibrio en las oportunidades que se merece el país y toda la población. ¿O no todos somos guatemaltecos? La cifra de guatemaltecos que viven en pobreza y pobreza extrema nos convierte en el segundo país más pobre de AL, con un índice de desnutrición que llora sangre.
Esto es lo que nos estalla en la cara, un Estado cooptado por las mafias, que saquea los recursos nacionales. Se presenta además una confusión entre valores, ideologías y distractores que no permiten un análisis profundo que sacrifique las posiciones individuales y se logre presentar un panorama objetivo que permita presentar propuestas de salida realistas y que tomen en cuenta a los sectores más abandonados y excluidos de la sociedad. Al mismo tiempo se requiere de urgencia propuestas que reactiven la economía, logren la inclusión social y un desarrollo sostenible con equidad.
Guatemala necesita de urgencia una agenda País prioritaria! Guatemala necesita que los sectores renueven sus liderazgos y se plantee una agenda de consenso nacional que priorice una política económica inclusiva, una agenda que nos permita salir del modo sobrevivencia y Guatemala recupere el nivel de liderazgo centroamericano en los principales sectores productivos de Manufacturas, Agrícola, Servicios, asegurando la generación de empleo e ingresos que el país necesita.
Y aunque a muchos no les gusta, si se requieren incentivos! Ningún país se ha transformado sin políticas agresivas de promoción e incentivos de impacto para los sectores económicos prioritarios. Necesitamos de urgencia que se promuevan zonas francas, que se invierta en infraestructura de calidad en puertos, aeropuertos, carreteras. Necesitamos incentivos para la transformación tecnológica y la innovación. Son miles de millones de quetzales que se pierden por corrupción y pésima calidad del gasto del presupuesto nacional. Si estos recursos se invirtieran bien, las MIPYMES, los emprendedores y todos los sectores podrían reactivarse económicamente y generar desarrollo sostenible y bienestar.
Necesitamos políticas públicas de calidad, instituciones sólidas con personal profesional. La “proyectitis” nos atomiza cada vez más y la ausencia del Estado nos está orillando a un caos y anarquía. El abuso del poder se refleja en acciones tan graves como el irrespeto a la constitución de Guatemala en primer lugar, así como la defensa de lo indefendible, la corrupción.
Una política económica más agresiva es prioritaria, pero agresiva también para salir de la pobreza. Lo que se gasta en corrupción y asistencialismo clientelar no se invierte en infraestructura, en salud, educación, vivienda, carreteras, caminos rurales, infraestructura productiva. Ya basta de estafar a la gente con espejitos. Se necesitan de URGENCIA, agua potable, acceso a servicios de salud, escuelas dignas con educación de calidad. Y para esto hay que eliminar los programas clientelares, contratar empresas serias que realicen infraestructura de calidad, no las carreteras que están tan mal construidas que desmoralizan y generan más conflictividad, al mismo tiempo que si dejan millonarias ganancias a los dueños de las constructoras y sus aliados en los poderes del Estado. Hay que evitar que una gran parte de todo el presupuesto se quede en salarios de la “Capital”, en sindicatos con pactos colectivos abusivos e impagables. Muchas de las plazas del Gobierno son improductivas al ser puestos clientelares, por eso se evita aprobar la ley de servicio civil, por eso se evita el gobierno electrónico en pleno siglo XXI, para que no se pueda fiscalizar.
Hay que hablar claro, la educación, el acceso a la salud, a hospitales, el acceso a servicios básicos, agua potable, oportunidades de empleo o de generación de ingresos, transporte, son un sueño inalcanzable para millones de personas en nuestra maravillosa Guatemala, mientras surgen fortunas de la noche a la mañana, mientras vemos como el país se desmorona. Esto no se justifica de ninguna forma. Todos debemos contribuir y aportar para que Guatemala se convierta en el país que nos merecemos, un país rico, exitoso, en donde todos podamos tener una oportunidad de tener una vida digna!!