Por: Juan Manuel Rodríguez
El domingo amanecimos con una inesperada noticia, no por su contenido, sino por la forma en como fue. Era un escenario que se visualizaba posible, pero nunca con esa impulsividad que resulta de consejos que sin duda no fueron los mejores para el señor presidente.
Esta vez, la situación no fue tan fácil como la crisis que provocara el destape del Caso la Línea, en donde no quedaba duda alguna que el que no estuviera de acuerdo con que Otto y Roxana renunciaran, era porque apoyaba la corrupción. Era un caso más fácil de distinguir a los “buenos y malos”, como muchas personas pretenden denominar en su mente a lo que comúnmente se ha diferenciado en el imaginario colectivo como “justos y corruptos”.
Comprendo la crisis del asunto y lo delicado del tema. Comprendo que hay sectores completamente polarizados y que cada uno pretende tener la razón. En estos momentos tan críticos, creo que lo más importante debe ser que prevalezca el respeto, aun con las diferencias, de los guatemaltecos honestos y justos que lo que buscamos, en cualquiera de las opiniones, es realmente un país mejor. Es momento de entender las diferencias y tratar, aunque sea difícil porque el ego es traidor, de sentarse y escuchar.
Entiendo: Velásquez se ha excedido y extralimitado en sus funciones. ¿Qué tiene que hacer el comisionado de la CICIG gritando en los palcos del Congreso, su apoyo a Reformas Constitucionales? ¿Por qué mejor, en vez de estar deliberadamente actuando en situaciones que a su cargo no le incumben, no se investigan los casos que tanto se ha pedido de gobiernos anteriores como el de Sandra? Es claro el sesgo político e ideológico que este personaje tiene, y es por ello que un sector de la sociedad no lo aprueba. Sin embargo, debe reconocerse el trabajo que ha realizado la CICIG que ha logrado señalar corruptos, pero muchas veces con pruebas que no son suficientes junto al MP para que el caso prospere. Entonces tenemos un montón de “presuntos corruptos” en cárceles VIP que convierten todos los esfuerzos en un mero show mediático.
Ahora bien, comprendo el punto de otro sector de la sociedad que dice “cómo es posible que defiendan a Jimmy, si lo está sacando por conflicto de intereses, pues está investigándolo por el tema de financiamiento de FCN y el otro caso que involucra al hijo y hermano”. Lo que sucede es que los tiempos son tan malos, que Jimmy decide declarar “persona non grata” (eso de non grato es mezcla de latín y español, y es incorrecto), en un momento crítico que da a entender, a este sector de guatemaltecos que defiende a Velásquez, que todo parece una revancha personal y un “sálvese quien pueda”.
Lo que sí no soporto, en ninguno de los dos polos, es que diferentes entidades, convenientes a más no poder, se echen baños de pureza con una actual solvencia moral nula y pretendan, a todas luces, aprovecharse del “río revuelto, ganancia de pescadores”. Aquí es donde debemos tener cuidado: hay buenos guatemaltecos que opinan diferente, y hay malos guatemaltecos que se aprovechan de la situación. Hay buenos guatemaltecos que apoyan a Jimmy. Y hay buenos guatemaltecos que apoyan a Velásquez. Y ambos, como mencioné anteriormente, tienen sus razones. Pero son estos vividores que andan detrás del “río revuelto” para sacar provecho de sus propias agendas. Por poner un ejemplo: CODECA apoyando a Velásquez, porque ahora “apoyan al Comisionado” en virtud de la corrupción de Morales y piden su renuncia. Aprovechando la situación, dejando por un lado que son los ladrones de energía eléctrica y uno de los grupos más desestabilizadores del país. Y por el otro lado, Ángel Gonzáles y canales apoyando a Jimmy porque “Iván Velásquez quiere instalar una Venezuela”. Argumento válido, si se quiere, pero ¿será realmente ésta la causa de apoyo del monopolio de estos canales? ¿O es que convenientemente es mejor sacar al Comisionado por causas un poco más personales, como la investigación de la cual son objeto por financiamiento ilícito? Y así, en ambos polos, hay grupos y sectores que ahora pretenden unirse a “pedir justicia” a costa de buenos guatemaltecos. NO SEÑORES.
Así que esta columna no pretende venir a disuadirlo, si usted es un buen guatemalteco, en cualquiera de las posturas que usted tenga con sus respectivas causas, en torno al apoyo de Velásquez o de Morales. Es más bien, una invitación a abrir los ojos, pues es en estos momentos que oportunistas pretenden apoyar e impulsar desestabilizaciones por sus propias causas e incentivos perversos y conveniencias a su antojo, “uniéndose” a buenos guatemaltecos que ingenuamente, por el calor de las circunstancias, pueden creerle tal cual lobo disfrazado de oveja.