Terminó la Semana Santa…. Ahora de regreso a nuestra rutina diaria!
Cuando nos encontramos con un escritorio desordenado y desorganizado, regresar a la rutina no será agradable.
Aproveche que viene con energías recargadas para organizarlo.
Lo Primero
Tómese un par de segundos para preguntarse cuál es el propósito de su escritorio:
– Trabaja gran parte del día en él?
– Sólo lo usa de vez en cuando para hacer llamadas y pasa el resto del tiempo en otro lugar?
– Es principalmente un lugar de almacenamiento?
– Lo comparte con otras personas?
En base a su respuesta, puede entonces pasar a
Lo Segundo
Analice cada uno de los objetos encima del escritorio y pregúntese:
– Necesito este objeto para cumplir con el propósito de este escritorio?
– Todavía funciona?
– Todavía me gusta?
Si las tres respuestas son SI, consérvelo. Si alguna respuesta es NO, asígnele otro lugar, dónelo o descártelo.
Lo Tercero
Analice cada uno de los objetos adentro del escritorio y pregúntese:
– Necesito este objeto para cumplir con el propósito de este escritorio?
– Todavía funciona?
– Todavía me gusta?
Si las tres respuestas son SI, consérvelo. Si alguna respuesta es NO, asígnele otro lugar, dónelo o descártelo.
En el caso de papeles, divídalos en dos categorías: papeles muertos (archivo) y papeles vivos (aún los necesito para algo).
Lo Último
Se quedó con los objetos que van a servirle para cumplir con el propósito del escritorio.
Ahora, asigne un hogar lógico a cada uno de ellos. Cree áreas para las diferentes categorías. Lo que usa con frecuencia – en áreas más accesibles. Lo que usa con menos frecuencia – en áreas menos accesibles.
Trate de dejar el top del escritorio lo más libre posible.
Ahora sí – a entrar en rutina!