Por: Mauricio Garita
Sin duda alguna una de las concepciones equivocadas al momento de hablar de finanzas personales es centrarnos en perseguir el dinero. Perseguir el dinero se nutre de comentarios como <<Voy a estudiar esto porque me va a dar más dinero>>, o <<mejor me dedico a esto porque pagará más>>. Esto conlleva a sueños frustrados, a crisis en los treintas y cuarentas e infelicidad. A esto yo le llamo perseguir el dinero.
El problema cuando persigues el dinero es que empiezas a renunciar a cosas y lo peor, renuncias a ti. El mundo pierde su color y sientes que estás en una rueda de hámster pagando las cuentas. Probablemente es porque no tienes pasión. Porque en algún momento decidiste que querías ser escritor, que querías ser cineasta, que querías ser poeta, que querías ser innovador, pero ahora no te encuentras allí.
Lo malo es que hemos enseñado esto generación tras generación. Entonces tenemos personas que deberían haber sido maestros siendo contadores, tenemos a personas que quisieron ser contadores siendo ingenieros, tenemos a personas que debieron ser artistas siendo médicos. Y no es que esté mal, pero cuando el trabajo no te está dando aquello que estás persiguiendo, cuando ya no tienes dinero, cuando tienes deudas, cuando tienes que trabajar en algo que no te apasiona, es ahí donde comienza la crisis.
La visión antagonista que propongo es que te persiga el dinero. Los millenials, ampliamente criticados, tienen la solución en su ADN. El tema es hacer lo que apasiona y luego el dinero vendrá. Como aquella película de Kevin Costner cuando construye un campo de béisbol. Más o menos así se refleja este principio. Entonces tenemos a tatuadores que son felices en su trabajo, tenemos a emprendedores que son felices guiando un gimnasio, una cafetería, una compañía de tecnología, tenemos artistas que están pintando murales y también tenemos contadores que siempre llegan con una sonrisa, médicos que dan la milla extra, ingenieros que están continuamente mejorando el mundo. Esto es porque cada uno de ellos ha seguido su pasión y la pasión los ha llenado de bienestar.
Dentro de ti sabes quienes son. Son aquellos que recomiendas, que le dices a las personas que tienen que conocerlo, trabajar con él. Es el pediatra de tu hijo o hija al cual le das el número a todos tus conocidos, es la panadería que recomiendas, es el odontólogo que es vital para tu salud dental y que a pesar del dolor llegas con una sonrisa. Necesitamos más personas que el dinero las persiga y que así, el mundo sea un lugar más feliz y mejor.
Así que, si paraste de soñar, este es el momento de comenzar de nuevo. Si querías ser artista, sigue el consejo de Churchill que pintó y que vendió sus obras y aceptó que tanto la pintura como la política le gustaban. El cambio está en ti, y está hoy. Sólo es que comiences dando el primer paso.
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