Tenemos que aceptar que a muchos nos gusta tirarnos al drama. No es broma, llevo un poco más de dos semanas escuchando puras preocupaciones y malas vibras. Todos se avientan su comentario negativo, desde mi abuelita que su actividad número uno es ver novelas, hasta el empresario súper exitoso que uno no entiende de qué tanto se queja.
Creo que hay algún factor cultural en nuestra sociedad que provoca que nos guste la tragedia y que nos vean sufrir.
Desde mi punto de vista, esto es resultado de una educación obsoleta que fomenta a los flojos y a los conformistas. Peor aún, en lugar de ponernos las pilas y cambiar de actitud, nos hacemos los sufridos y empezamos a quejarnos. Buscamos compasión en lugar de admiración y eso tiene que cambiar urgentemente. ¡Dejemos de echar culpas y de poner pretextos! Que si Trump, que si el Brexit, que si sube o baja el dólar o que si hace mucho frío. El cambio y los factores macroeconómicos que no podemos controlar siempre han existido y seguirán siendo una constante en todas las generaciones; no es algo nuevo.
Es importante mencionarlo porque nunca falta el compadre que se avienta el comentario, “Antes era más fácil hacer negocios, nos tocó una época difícil” o el típico “Ya todo está inventado, así como empieza uno”. Esto no tiene absolutamente nada que ver con la época sino con la actitud de la sociedad. Hay que concentrarnos en lo positivo y fomentar buenas vibras en lugar de malas. La buena vibra es contagiosa y un país con vibra es un país con buena actitud.
Como emprendedores y como país es nuestra responsabilidad entender que nuestro crecimiento, nuestros resultados y nuestro éxito, depende únicamente de nosotros mismos. Y si ya lo entendimos necesitamos comunicarlo más porque mucha gente allá afuera no lo sabe. Gente que en lugar de estar contagiando lo positivo, contagia lo negativo. Como dice Grant Cardone en su libro “Sell or be Sold”, “La economía y las crisis son un problema global y los emprendedores somos la solución global”.
Las herramientas las tenemos, es un tema de actitud y de saber accionar en lugar de quedarnos sentados y esperar a que todo se resuelva por arte de magia. Dejemos de ser dramáticos y trabajemos en más acciones.
Aquí algunas acciones que creo nos pueden servir a todos:
1. Arranca un negocio.
2. Ante los problemas, exprésate de forma positiva.
3. Empieza un libro.
4. Toma algún curso o seminario.
5. Reúnete con las tres personas que más admires y platica con ellos.
¡Inténtalo! Nada pierdes.
Fuente: Entrepreneur