“No hay limites cuando soñamos, y hay mas chances cuando lo intentamos”.Sin embargo es solo en épocas de crisis que logramos enfocamos en soluciones y olvidarnos sin despreocuparnos de los posibles problemas en el trayecto.
El desarrollo de la economía social o familiar se ve fortalecido o disminuido por los beneficios o incentivos que los estados puedan otorgar a los ciudadanos, las condiciones y reglamentaciones en ciertos países pueden convertir un proceso productivo en algo muy “difícil”, en otros las devaluaciones o tazas cambiaras convierten en inalcanzable el presupuesto para arrancar un negocio.
Hoy la situación política mundial se encuentra sumida en un caos sin precedentes y en el medio la matriz productiva, el emprendedor, sostiene y da fortaleza a toda economía.
En Venezuela, por ejemplo, la crisis monetaria y cambiaria que se disparó en el país bolivariano tiene a los jóvenes en busca de nuevas formas laborales y de captar ingresos. En Bolivia al igual que muchos otros países, la burocracia y complejidad para inscribir un negocio son parte de las trabas que los emprendedores deben enfrentar a través de la búsqueda de ideas negocios y mecanismos para implementarlas que les permitan subsistir.
Muchos motivados y alentados por las oportunidades que el internet brinda, otros simplemente por la necesidad, y es que tal y como diría José de San Martin “El que se ahoga no repara en lo que se agarra” y en épocas de crisis el ser humano se olvida de muchas cosas y por primera vez se enfoca en lo que necesita dejando de lado la pregunta ¿“y si tropiezo?”.
Joaquín Martínez es un joven emprendedor de Santa Cruz, Bolivia, que lidera junto a varios amigos una agencia de publicidad, manifiesta que las opciones limitadas de financiamiento, sumado a las cargas impositivas para los pequeños negocios es altísima es lo que fomenta el crecimiento de la economía informal. Reconoce, sin embargo, que al igual que muchos de los emprendedores actuales, el acceso a nuevas tecnologías ha sido pilar fundamental para incrementar la productividad, y volver el negocio mas competitivo a nivel nacional.
José Rodríguez de Maracay, Venezuela, es un emprendedor que se dedica a la creación de contenido y marketing y considera que cuando se habla de emprendimiento siempre se presentan pensamientos positivos y surgen a su vez un sin fin de buenas ideas para emprender y crear excelentes proyectos, sin embargo también menciona que el desarrollo de un nuevo negocio en América Latina, no solo en Venezuela, puede ser una tarea de resistencia, de caer y levantarse, aprender y corregir, innovar y echar pa’ lante.
Asi como ellos muchos emprendedores a nivel latinoaméricano han debido luchar quizás con muchos mas problemas que ventajas, pero han logrado convertir muchas desventajas en oportunidades. Hoy sin embargo muchos emprendedores han coincidido en estos puntos que compartimos:
- La complejidad para inscribir/constituir formalmente los negocios
- La poca orientacion empresarial en los procesos formativos, muchas instituciones educativas forman «empleados» no «emprendedores»
- La falta de seguridad jurídica y políticas públicas que incentiven a las personas a desarrollar y ejecutar sus ideas de negocio.
- Las trabas en la apertura de nuevos mercados o mercados no tradicionales para exportar los productos o servicios.
- Niveles de conectividad por debajo de los promedios internacionales.
- El poco o nulo acceso a micro créditos o financiamiento para jóvenes emprendedores y/o estudiantes universitarios.
Recuerda no hay nada que no puedas hacer mientras tu mente y corazón estén enfocados en hacerlo, no tratar es cerrarle la puerta al éxito, y tratar, demuestra voluntad para alejar el temor a fracasar de tus sueños y anhelos.
Fuente: Entrepreneur