“Convivencia” es la memoria de responsabilidad social empresarial en la que Cargill recopila las acciones e historias de éxito de beneficiarios en la región centroamericana durante el periodo 2019-2021.
A lo largo de más de 50 años de presencia en la región, Cargill ha visto el potencial de la agricultura para impactar positivamente en las comunidades y ser parte de la solución para hacerle frente a los desafíos de sostenibilidad más urgentes del planeta.
La emergencia sanitaria cambió la manera de vivir, interactuar, trabajar, producir y comercializar. Cargill, en este contexto retador, enfrentó los desafíos enfocándose en su propósito y valores fundamentales: priorizar a las personas, hacer lo correcto y apuntar a la excelencia.
Durante este período, la compañía enfrentó retos importantes como la emergencia sanitaria por el COVID-19 y los embates de los huracanes ETA e IOTA. El impacto de la respuesta e inversión de Cargill en la región fue:
Para el apoyo contra el COVID: Alrededor de 370,000 personas fueron beneficiadas en la región, entre ellos: estudiantes de centros educativos, productores, microempresarios y familias de comunidades vecinas a sus operaciones. Además, se crearon planes integrales para asegurar la salud de sus colaboradores en tiempos de pandemia, la empresa estableció un centro de llamadas para brindar información, acompañamiento y dar seguimiento diario a cada colaborador afectado por el virus. Adicionalmente, se instalaron clínicas móviles con médicos especialistas, túneles de toma de temperatura, screening y pruebas de olfato, así como campañas educativas y preventivas.
Para la mitigación del efecto de los huracanes: Gracias al apoyo de organizaciones aliadas como el Programa Mundial de Alimentos (PMA), CARE, World Central Kitchen, Fundación Fabretto, Fundación para el Desarrollo de la Zona Sur (FUNDESUR) y Glasswing International, se beneficiaron a más de 320,000 personas en Guatemala, Honduras y Nicaragua. Además, más de 4,000 mascotas recibieron alimento en alianza con organizaciones como la Asociación Nacional Protectora de Animales (ANPA) y Protección Animal (PROANI).
En Guatemala, como parte del proyecto “Nutriendo Futuro”, el voluntariado de los negocios de proteína y nutrición animal de Cargill ayudó a la creación de un vivero para sembrar plántulas de diversos vegetales y frutas para abastecer huertos escolares y familiares con las especies que se cultivan en la zona y ayudar así a enfrentar la crisis. Más de 500 niños, niñas y sus familias crearon huertos en sus casas y lograron no solo obtener alimentos sanos, sino que ahorraron dinero.