Balenciaga, parte del conglomerado francés Kering, terminó disculpándose por una campaña de la línea Balenciaga Kids, que desató la indignación de internautas y terminó con la disculpa de la empresa, cuyo fotógrafo había intentado explicar imágenes infantiles con accesorios “bondage”.
Redacción Perspectiva
Balenciaga se caracteriza por la polémica. En 2015, puso a la venta Paris Sneakers, un modelo de tenis que en la foto de campaña se veían desgastados y sucios motivando críticas bastante fuertes, aunque Demma Gvasali, encargado de la marca desde ese año, aseguró que la idea era mostrar que las zapatillas Paris “están destinadas a usarse toda la vida”.
Además, pusieron a la venta una edición limitada de 100 pares de tenis extra destruidos.
Poco después, Balenciaga lanzó la Trash Pouch, una bolsa negra idéntica a las que se usan para los desechos. Según Gvasalia, el mensaje de esta bolsa era “protesta por el cambio climático y la crisis en Ucrania”.
El escándalo publicitario que traspasó el límite
La semana pasada, la multimillonaria firma de moda traspasó los límites del escándalo, cuando divulgaron una campaña que enfatiza en la inocencia de los rostros infantiles vs la perversidad de los accesorios “bondage” o sadomasoquistas.
En esta ocasión, a la empresa no le quedó más que disculparse por el exceso de provocación en busca de notoriedad y vía redes, emitieron el siguiente pronunciamiento:
“Pedimos disculpas por mostrar documentos inquietantes en nuestra campaña. Nos tomamos este asunto muy en serio y estamos emprendiendo acciones legales contra las partes responsables de crear el set e incluir artículos no aprobados para nuestra sesión de fotos de primavera 2023. Condenamos enérgicamente el abuso de los niños en cualquiera de sus formas. Defendemos la seguridad y el bienestar de los niños”.
Imágenes que horrorizaron al mundo
Según el fotógrafo de la campaña, Gabriele Galimberti, las imágenes eran parte de una serie llamada Toy Stories, en el contexto de las celebraciones navideñas.
Sin embargo, las imágenes hablan por sí solas y es evidente que no existe ninguna relación, ni con los festejos navideños ni con la niñez.
En varias fotografías se observan niños de diferentes características: anglosajones, afro y mestizos, acompañados por objetos que, lejos de ser juguetes infantiles, forman parte de la parafernalia sadomasoquista.
Las fotos fueron calificadas de “espeluznantes” en muchos comentarios y algunos usuarios de las redes señalaron que Balenciaga intentaba sexualizar a la infancia con estas desafortunadas imágenes.
Las fotos y toda la campaña motivaron la condena global y la disculpa de la casa de modas. Esto no cambiará en nada dos cosas: 1. El horror de los internautas que comentaron las imágenes, 2. El interés público hacia una firma que reconoce el escándalo como parte de la publicidad.