La reina Ana Estuardo (1665 – 1714), fue la unificadora de Gran Bretaña y hábil política, quien murió a los 49 años sin herederos, a pesar de que tuvo 17 hijos y varios embarazos malogrados.
Redacción Perspectiva
La primera soberana de Gran Bretaña fue Ana Estuardo, reina que llegó al trono porque los anteriores monarcas no tenían herederos directos y su padre, Jacobo II, fue depuesto tras un breve reinado de tres años porque no aceptó renunciar al catolicismo.
En cambio, Ana Estuardo y su hermana (llamada María, igual que la reina de Escocia decapitada), fueron anglicanas. Cuando Jacobo II fue depuesto, María y su esposo, el príncipe holandés Guillermo de Orange, se coronaron con apoyo del parlamento británico.
Al morir María sin descendientes, Ana asumió el poder junto con su esposo, Jorge de Dinamarca. Pese a que tuvo cerca de 20 embarazos, vio morir a casi todos sus hijos y sufrió varios abortos espontáneos.
Esto impidió la estabilidad de la nueva corona británica pero no evitó que Ana lograra restablecer el orden en Inglaterra y Escocia, además de dirigir la posición británica en la guerra de Sucesión española.
Reina con complexión débil pero carácter fuerte
Aunque su salud era débil desde la infancia, Ana es considerada hasta la fecha como una de las monarcas más hábiles y sagaces. Durante su reinado, las mujeres comenzaron a incursionar en política, lo que no agradó a la sociedad de su época. El diario de la época, The Spectator, expuso que esta actividad dañaba la “delicada belleza” de las féminas, instándolas a no inmiscuirse en política.
Esto, aunque más de un historiador reconoce que Ana Estuardo “arregló el desastre” dejado por los hombres y logró constituir la Gran Bretaña, con la unión entre Inglaterra y Escocia, en 1707.
La monarca se casó a los 18 años y tuvo una vida conyugal armoniosa y tranquila, excepto por la tragedia que la marcó, determinando que la sucesión al trono se trasladara a otra casa.
De sus casi 20 embarazos, varios no llegaron a término y la reina debió enterrar a 17 de sus hijos en la primera infancia. De todos ellos, quien más vivió fue Jorge, fallecido a los 11 años.
Así como fue una política sagaz, Ana también disfrutó del ocio y se le criticaba que permanecía largas jornadas en cama, comiendo chocolates. Su reinado, además de “ordenar la casa”, también se consideró un tanto frívolo y con un sello marcadamente femenino, donde la influencia de las amigas reales era patente.
Un año después de que se constituyera Gran Bretaña, la reina quedó viuda y sin hijos, lo que la convirtió en la última reina Estuardo. Y en 1714, a los 49 años, con una obesidad excesiva y varios achaques, falleció, y tras su muerte, la corona pasó a Jorge I y la casa de Hannover.