Hoy se cumplen 81 años del ataque japonés a la base naval situada en Pearl Harbor. El hecho fue calificado como “Día de la Infamia” por el presidente Franklin D. Roosevelt, quien se vio forzado a entrar en la Segunda Guerra Mundial del lado de los aliados.
Redacción Perspectiva
El 7 de diciembre de 1941, la Armada Imperial Japonesa atacó a la Flota del Pacífico de la Armada de los Estados Unidos en la isla de Oahu, donde se ubicaba la base naval de Pearl Harbor (Puʻuloa o puerto de la perla en hawaiano).
En apenas 90 minutos murieron 2,386 estadounidenses y 1,139 fueron heridos. Los estadounidenses perdieron 188 aviones y 18 barcos (cinco de ellos acorazados), fueron hundidos o encallados por la armada japonesa, que inició el ataque a primeras horas de la mañana, con 353 aviones que incluían cazas de combate, bombarderos y torpederos que despegaron de seis portaaviones.
El ataque preventivo que le salió caro a Japón
Al amanecer del 7 de diciembre, el U.S.S. Ward, destructor estadounidense, hundió un submarino japonés, pero esto no motivó alarma porque los estadounidenses no esperaban un asalto aéreo.
Poco antes de las ocho de la mañana, oleadas de aviones japoneses comenzaron a sobrevolar Pearl Harbor y en pocos minutos, habían destruido gran parte de la flota estadounidense en el Pacífico Sur.
Los estadounidenses lograron contraatacar y derribaron 29 aviones japoneses, pero el hecho significó una enorme pérdida para EE.UU., que finalmente debió tomar partido en la guerra.
Japón decidió realizar este ataque de forma “preventiva”, ya que EE.UU. hasta el momento se había mantenido neutral ante la Segunda Guerra Mundial. Los estadounidenses apenas se reponían de la Gran Depresión y no querían entrar en una guerra.
El ataque presionó a EE.UU. a declarar la guerra a Japón, un día después. Y el 11 de diciembre, Alemania e Italia declararon la guerra a la nación norteamericana, que de esta forma se convirtió en parte de los países aliados contra el fascismo.
