Hasta el 3 de noviembre, activistas pro vida permanecerán en la vigilia llamada 40 días por la vida, que cada año logra salvar más vidas de nonatos. Eva Gutiérrez, quien permanece continuamente en el puesto de vigilia cercano al Congreso de la República, explicó a Perspectiva los logros, fines y objetivos de esta cruzada, así como los efectos que pueden afectar a las mujeres víctimas del aborto.
Roxana Orantes Córdova
Bajo el sol o la llovizna, una mujer permanece constantemente en una improvisada carpa. En la mesa hay un altar donde puede verse la imagen de la Virgen de la Dulce Espera y bebés nonatos de plástico en tamaño natural, rodeados por rosarios.
Algunos transeúntes saludan a Eva, otros la han llegado a insultar y muchos pasan indiferentes, aunque ella está segura de que su labor no es vana y poco después de haber iniciado la vigilia de ayuno y oración pidiendo por el fin del aborto en el mundo, cuenta que en Guatemala ya se han salvado 11 niños.
“Once vidas salvadas”, dice y muestra varias fotos de los pequeños cuyas madres tuvieron la suerte de pasar cerca del lugar de vigilia en 2018 y que hoy son pequeños hermosos y felices.
Además de la oración constante, que es fundamental para la jornada de vigilia mundial, las participantes en esta ofrecen información a madres que enfrentan embarazos en crisis: solteras cuya pareja no asumió el compromiso, esposas cuyos maridos las presionan, adolescentes y un porcentaje
“Una de las madres a las que salvamos fue drogada, secuestrada y violada. Sin embargo, ella dice que en ningún momento consideró la posibilidad de quitarle la vida a su niño”, expresa. Porque desde la visión próvida, la vida inicia en el exacto momento de la concepción.
Algunos países del mundo han despenalizado el aborto hasta las 12 semanas de gestación. Uruguay, Francia, Canadá, Australia, Rusia, España, Estados Unidos (donde algunos estados están debatiendo para prohibirlo) Noruega, Italia y Suecia.
En revistas ginecológicas que detallan el proceso para informar a las futuras madres, se lee: “al final de la semana 12 de embarazo, tu bebé mide alrededor de 6,5 centímetros y pesa 18 gramos. Su cara ya está prácticamente formada y su apariencia es casi la de un bebé. Ya tiene nariz, labio superior, párpados y orejas”.
Material de información divulgado por la jornada de oración y vigilia muestra la foto de un pequeño feto de aproximadamente cinco centímetros y dice:
“¿Sabía usted que este es el tamaño que usted tenía a las 11 semanas de concebido? De esa edad en adelante usted tragaba, respiraba (líquido), digería, orinaba y movía el vientre, dormía, soñaba y se despertaba, tenía paladar, sentía el dolor y el calor, reaccionaba a la luz y el ruido y podía aprender”.
“Después de las 11 semanas, ningún nuevo órgano suyo comenzó a funcionar, sino que usted solo maduró”.
Eufemismos que nombran un genocidio silencioso
Los grupos abortistas y personal de clínicas que cometen abortos (legales o no), suelen usar demasiados eufemismos para describir la muerte violenta del nonato. Un hecho demasiado cruel y sangriento como para describirlo.
Los métodos usados por los abortistas van desde el envenenamiento al descuartizamiento y son varios los videos que documentan los intentos del nonato por evadir los instrumentos que acabarán con su vida.
Para los abortistas, el hecho es llamado “interrupción del embarazo”. El niño no nacido es nombrado “conjunto de células” , aunque esta pareciera una trampa verbal, puesto que en el mundo, absolutamente todos los organismos vivientes son “conjuntos de células”.
Argumentar que el nonato no puede elaborar pensamientos complejos, es un paso anterior a la justificación de la eutanasia, no solo para los enfermos terminales y personas que perdieron sus capacidades mentales, sino también para los niños que nacen con discapacidades intelectuales.
Sin dudas, el aborto es una de las tantas prácticas eugenésicas que, según explica Eva Gutiérrez, son parte de un plan de la Organización de Naciones Unidas (ONU), para reducir la población mundial.
Al amparo de esa estrategia, en el mundo se fortaleció la industria del aborto, que según denuncias de científicos que trabajaron en abortorios, transgrede todos los principios de la ética científica y comercia con tejidos sanos provenientes de los niños asesinados en los abortos.
“Ninguna mujer informada accede a ser víctima del aborto”
Miedo, soledad e ignorancia son algunos de los factores que empujan a las mujeres a convertirse en “personas heridas por el aborto”, como las llama Eva Gutiérrez. Un dato que llama la atención es que mientras los abortistas abundan en insultos, descalificaciones y otras agresiones contra los pro vida, estos jamás se atreverán a juzgar a una mujer que accedió a semejante práctica.
Esto, dice Eva, es porque están convencidos de que cualquier mujer embarazada, si cuenta con apoyo y acompañamiento, pero sobre todo con la información necesaria, accedería a permitir el asesinato de su hijo nonato.
Cuando se conocen los detalles del procedimiento que termina con la vida del nonato, la tendencia es juzgar y criticar a la madre. Muchas mujeres acceden al aborto convencidas de que están ejerciendo el derecho a “decidir sobre su cuerpo”. Los abortistas les presentan una “solución” que les permitirá seguir con su vida normalmente. Estudiar, trabajar y progresar sin responsabilidades que las limiten, como sería la crianza.
Además de la depresión que sigue al hecho, las mujeres víctimas de aborto son más propensas al suicidio, el alcoholismo, la promiscuidad y enfermedades que podrían estar relacionadas con el aborto: cáncer de mama, problemas de la tiroides y de todo el sistema glandular y otras patologías, dice la entrevistada.
Eva evita criticar a las madres que considera “heridas por el aborto”. También hay muchos hombres lastimados por este flagelo, explica, y en Guatemala, 15 personas heridas por el aborto participan en la vigilia de 40 días.
“40 Días por la vida” ha logrado tener más de un millón de voluntarios, en 61 países. Hay 16,004 bebés salvados del aborto y 191 profesionales practicantes de abortos se convirtieron. También se han logrado cerrar 104 centros de aborto en el mundo.
Entretanto, y hasta el 3 de noviembre, Eva continuará su actividad de información, oración y vigilia, en la 8 avenida y novena calle de la zona 1.