El papa emérito Benedicto XVI criticó el curso de la Iglesia católica en Alemania, en la que observa una falta de «testimonio personal de fe», según declaró a la revista religiosa «Herder Korrespondenz».
Por DPA
Benedicto, que renunció al papado en 2013, defiende los postulados más tradicionales de la Iglesia y se ha enfrentado ya en ocasiones anteriores con la Iglesia de su Alemania natal, que tiende a adoptar una línea más liberal. Este hecho lo ha convertido en una figura controvertida en Alemania.
Por ejemplo, hay congregaciones germanas que están rompiendo con las directrices del Vaticano al bendecir los matrimonios homosexuales.
«Mientras en los textos oficiales de la Iglesia solo hable el oficio, pero no el corazón y el espíritu, continuará el éxodo del mundo de la fe», escribe en sus respuestas a las preguntas de «Herder Korrespondenz», que la revista tiene previsto publicar en su nuevo número.
«En las instituciones eclesiásticas -hospitales, escuelas, Cáritas- participan en puestos decisivos muchas personas que no comparten la misión interna de la Iglesia y, por tanto, a menudo oscurecen el testimonio de esta institución», consideró.
Él en cambio espera «un verdadero testimonio personal de fe de los portavoces de la Iglesia».
En este contexto, también se distanció de la elección de palabras en su famoso «Discurso de Friburgo» de 2011, en el que llamó a la Iglesia a tomar distancia de su entorno y «desligarse del mundo».
En sus respuestas reconoce ahora que no sabe si fue adecuado utilizar para su discurso la palabra «Entweltlichung» (desmundanización), que proviene de la filosofía de Martin Heidegger, porque no se habían «expresado suficientemente» los aspectos positivos de su argumento, dijo.
Joseph Ratzinger también aseguró que la Iglesia está «compuesta de trigo y paja, de peces buenos y peces malos». Así que no se trata «de separar a los buenos de los malos, sino de separar a los fieles de los no creyentes».
