Por: Karen Beltethon
El secuestrador planifica meticulosamente el secuestro de su próxima víctima. Generalmente el delito no lo puede realizar solo, ya que necesita apoyo para poder llevar a cabo la operación.
Estudios psicológicos han demostrado que la mente de la mayoría o sino de todos los secuestradores presenta síntomas de ansiedad, depresión y ataques de pánico por no saber cómo vincularse en su entorno y mucho menos no saber tomar sus propias decisiones.
Sin embargo, hay dos clases de secuestradores; los que secuestran para obtener dinero fácil que normalmente son estudiantes universitarios o bien profesionales que están acostumbrados a un estilo de vida. La otra clase son los que lo hacen deliberadamente, son más controlados, pero de un momento a otro puedes ser terribles. Son los cerebros de los secuestros. Les gusta controlar física y mentalmente a sus víctimas y ejecutan a sangre fría.
La estructura de estas bandas es la siguiente: el autor intelectual es quien elige a la víctima, planifica el secuestro fijando el día. Los vigilantes, quienes pasan desapercibidos para controlar la rutina de la víctima. Las personas que se encargan de tomar por la fuerza metiéndolo al vehículo y si se rehúsa comienza a insultarlo. La persona encargada de cuidar al plagiado cuando lo movilizan de un lugar a otro y le hace saber que su vida pende de un hilo. El negociador quien se encarga de negociar el monto del rescate y las condiciones de pago.
Tres semanas atrás fue secuestrado el niño de 10 años Alejandro José Jovel Linares, hijo de dos doctores del Hospital Roosevelt. Su padre lo recogió el 22 de noviembre en la academia de karate de la zona 5. Fue interceptado por un vehículo con tres hombres armados y bajo amenazas sacaron al niño y se lo llevaron. Pocos minutos después en las redes sociales empezaron a circular la información y a dónde se podían comunicar. Lo cual conmocionó a la sociedad. Sin embargo, el Comando Antisecuestros de la Policía Nacional Civil (PNC) solicitó a los familiares no se hablara más del asunto; ya que recibieron aproximadamente 300 llamadas falsas de otros delincuentes atribuyéndose el secuestro y pidiendo el rescate. Cabe señalar que los secuestradores inicialmente pedían Q 2 millones de quetzales y luego el monto fijado fue de Q 600 mil.
Precisamente el 29 de noviembre era el último día para que los padres de Alejandro entregaran el dinero del rescate. Así pues, ese mismo día se realizó un operativo en donde fueron capturadas tres personas, José Andrés Cruz de 21 años, Joshua Santiago Chaverría de 24, y Greysi Aurora Negrete Estrada 19. Posteriormente fue capturado un cómplice en la zona 5 Colonia Arrivillaga, Josué Isaías Miranda Bonilla de 18 años. Quienes fueron enviados a prisión preventiva. El director del operativo, Nery Ramos, expresó que una de las pistas fue el pago de Q50 mil quetzales que realizaron los padres. Asimismo, el director Ramos dio aviso a los doctores de la liberación de su hijo. Hay un video en donde el niño le daba las gracias y él respondía que todo estaba bien y que sus padres iban en camino para su reencuentro. Además, le aseguró que tanto sus padres como su abuelita estaban protegidos por la PNC.
Es admirable la fe inquebrantable de Alejandro José, que al estar en cautiverio hizo una cruz con migas de pan, acompañado de un vaso con agua, en donde rezaba todos los días para que todo saliera bien, además pedía por su abuelita de quien se preocupaba. Este es uno de miles de casos que ocurren en Guatemala y que ahora gracias a las redes sociales la noticia es inmediata.
Ahora les toca a las autoridades buscar más testigos y buscar si han cometido otros secuestros. El director Ramos quedó admirado junto con su equipo de la estructura de la banda porque sabían perfectamente el manejo de un secuestro a pesar de la edad de los capturados.
Sin embargo, después de un secuestro quedan secuelas en las víctimas como; miedo, trastorno del sueño, agresividad, ansiedad, inestabilidad emocional entre otros. Es importante que tanto las familias como las víctimas tengan terapia para retomar el control de sus vidas. ¿Usted conoce algún caso cercano de secuestro? ¿Qué tipo de sentencia deberían de tener los secuestradores? ¿Conoce usted los números telefónicos para denunciar un secuestro?