El antropólogo Julio AbdelAzis Valdez, realiza una reflexión muy interesante sobre el periodismo actual, donde el website sustituye al papel y los “financistas” sustituyen a los anunciantes, con varias implicaciones en los contenidos que se publican y en el papel del periodista, quien de comunicador puede convertirse en activista y/o personaje público.
Pluma invitada
Julio AbdelAziz Valdez
El 25 de septiembre se desarrolló una rueda de prensa en casa presidencial en El Salvador, nada nuevo para el joven y carismático presidente Nayib Bukele, de hecho estos momentos han servido para promocionar su imagen y gestión la cual ha sido cuestionada por los poderes políticos más tradicionales, esto tampoco sería una sorpresa en tanto que en la democracia post conflicto en Centroamérica los gobernantes han tenido que aprender a dar cuentas de sus acciones y obviamente para eso los medios han prestado un valioso servicio.
Pero esta conferencia no fue como otras (digital, 2020), algo pasó, el presidente se dio a la tarea de señalar las inconsistencias y manipulación de los trabajos periodísticos de dos medios electrónicos El Faro (https://www.elfaro.net/) y a la revista FACTUM (https://www.revistafactum.com/ ) la lectura de estas declaraciones en ambos medios no se dejaron de esperar, los titulares decían lo siguiente:
- Bukele ataca a prensa en cadena nacional al mismo tiempo que dice defenderla (Avelar, 2020)
- La noche en que Bukele despreció al juez, las víctimas, la Sala y los congresistas Republicanos (Labrador, 2020 )
Estas reacciones editoriales tampoco son nuevas, es más, estos medios se han caracterizado por el uso de este lenguaje y señalamientos, sin embargo, en este hecho, en teoría aislado, si presenta algo nuevo, para la tendencia, el reconocimiento del impacto de los medios digitales en la opinión pública, algo que al parecer le llevo menos tiempo al joven presidente determinar que lo que significa para otros mandatarios más longevos en el área.
En el caso de Guatemala, estos medios se distinguieron durante las movilizaciones en el año 2015, y demostraron su efectividad en ese campo, es más, sacaron ventaja a los medios escritos en tanto que la conectividad y las redes han sido ampliamente aprovechadas frente a los medios que aún sobreviven de la pauta publicitaria.
Pero, este reacomodo ¿ha sido espontáneo? Pues no, fuera del recambio generacional, está el tema de las fuentes de financiamiento y las motivaciones de los medios que instrumentalizan el trabajo de decenas de jóvenes periodistas que de la noche a la mañana adquirieron gran poder, y sobre ello ahondaremos.
El alegre, el perseguido y el hito
Corrían los días complejos de la cuarentena por el COVID 19, las opiniones en las redes sociales, que no es lo mismo que la opinión en la calle, cuestionan al gobernante de turno, como de costumbre, en cuanto al uso de los recursos públicos que, como es de costumbre también, en proyectos personales propios cuando se produce la detención de un periodista en la calle, según versiones de la policía nacional civil no solo escandalizaba en la vía pública sino que además intentó sobornar a un miembro de la policía en los tribunales, aunque estas versiones no se pueden constatar más allá del parte si consta la reacción del susodicho periodista en la carceleta de la torre de tribunales (Sanchez, 2020)
Ahora bien, hay que dejar dos temas en claro en el análisis de este hecho:
- No es la primera vez que el gobernante de turno puede utilizar el aparato del Estado para hacer callar a las voces discordantes, de ahí que entidades nacionales y extranjeras se interesen tanto en investigar este tipo de hechos y más de una vez se ha personalizado responsabilidades, al menos en esta era democrática.
- No es la primera vez que un periodista incurre en acciones que dan motivo a detenciones por parte de la policía y esto ha provocado una avalancha, desproporcionada, de reacciones gremiales que cierran filas bajo dos argumentos: A. la presunción de entrada de que toda acción contra los periodistas es una acción contra la prensa y B. que el Estado es responsable histórico de injusticias, por lo que se menosprecian los hechos aun cuando conste los hechos en forma objetiva.
Más allá de las minucias de este caso creo que da la oportunidad de abordar el tema del llamado periodismo electrónico y la corrección política que se presente en algunos de estos websites que se han convertido en una nueva forma de analizar la realidad a partir de la publicación de una visión de la realidad a veces real, a veces manipulada, todo esto en el marco de la disputa por la opinión pública.
En termino de cuatro días las redes se inundaron con hashtags y posts que hicieron de aquel periodista un héroe, y es que se asumió que su detención se debió a un trabajo, cabe señalar, bastante descriptivo, sobre un ente estatal formado en el actual gobierno y que supone es un espacio de corrupción por un lado pero por otro hace eco al cuestionamiento sobre las relaciones homosexuales que se supone que tiene el presidente con el responsable de tal ente.
Claro está, el periodista no aborda esto, el periodismo moderno e inclusivo en estos medios electrónicos no acostumbra a hacer esto, pero si sugieren las posibilidades de trasiego de influencias que tienen los gobernantes cuando colocan en puestos estratégicos a familiares o bien a personas con las que tienen relaciones sentimentales, en fin, el suponer que aquella detención, con todo y que los videos tomados al periodista en la carceleta del organismo judicial donde fue detenido mostraba a una persona alterada influenciada por alguna sustancia o bien por su enorme prepotencia, lo que no es raro en las detenciones de personas que asumen que su poder les hace inmunes a la aplicabilidad de la justicia.
La campaña en torno a mostrar a un héroe del periodismo de website es lo que nos ocupa, ya que se impusieron dos ideas en cuanto a su detención a saber:
- El periodista siempre tiene la razón y su inocencia, frente a la posibilidad de que haya cometido algún ilícito, es incuestionable. Esta máxima no la inventó el periodista detenido ni es nueva, como muchas cosas que hemos señalado acá, en realidad vienen de la época en que el activismo comenzó a ser financiado por dinero externo, una de sus facilidades, a diferencia de otros medios financieros, es que además del dinero había cobertura política, esto el Estado lo aprendió a la mala a través de algunos de los crímenes que más cobertura tuvieron y que presionaron al gobierno de turno en dar explicaciones so pena de cerrar las llaves para el crédito externo, ejemplo más emblemático el caso Mirna Mack.
- El llamado periodismo incómodo al sistema en realidad es la emergencia de un poder que no requiere del contraste, dicho en otras palabras, todos los poderes del Estado Republicano en una democracia es susceptible de ser contrastado y ocasionalmente el balance de ese poder puede cambiar, sin embargo las estructuras del poder del periodismo van a depender de las vicisitudes del mercado y en este último momento de la historia del balance de los financistas “no comerciales” del periodismo de website.
El adiós al papel y al anunciante, bienvenida sea la transferencia
El inicio del nuevo siglo no solo comienza con el fin del periódico impreso sino con el anunciante que dependía de vender su producto por el uso de la publicidad que las hojas impresas proporcionaban.
Sin embargo, fue el acceso a la conexión a internet, y la popularización del uso de los dispositivos electrónicos o smartphone los que finalmente han dado al traste con la industria papelera detrás de la prensa escrita, y bueno, las editoriales al parecer siguen en la lista.
Hay que recordar que la prensa moderna fue posible no solo en su edición sino en su distribución a los anunciantes, que ubican sus productos en aquellas páginas y por ello pagan, este pago es el que mantiene la máquina funcionando, paga los salarios de los periodistas y genera las ganancias suficientes para que esto sea considerado un negocio y uno muy rentable, sin embargo ya en esta larga despedida de la prensa escrita su asidero económico ha sido la publicidad que el Estado compra en forma de anuncios y de complacencia.
Originalmente los anunciantes no intervenían en la línea editorial de los periódicos en tanto estos no cuestionaran los productos mismos que se vendían gracias a la publicidad pagada, la política, sociedad y demás notas eran el atractivo que aumentaba el tiraje y esto significaba mejor colocación de marca, todos ganaban ya que el anunciante vendía, el periodismo subsistía y se reproducía y en el camino la democracia se fortalecía a través de la información, el ciudadano podía tomar decisiones más informadas y se enteraba de lo que el gobernante hacía con su dinero, además de otros tópicos.
La necesidad de información por parte de la ciudadanía provocó el nacimiento de diversos medios de comunicación, y en la medida que estos fueron adquiriendo relevancia pues organizaciones políticas de diversa índole ven la necesidad de querer influir en sus contenidos, algunas veces con pensamiento puro y otro a través de la compra llana y pura de los espacios y los mismos medios, esto a la larga nos mostraba como los medios también respondían al desarrollo mismo de la intelectualidad de la sociedad, del desarrollo del discurso y de la propia ideología, diversos autores influyentes han pasado por el periodismo antes o durante su desarrollo profesional e intelectual.
Los últimos años en Guatemala han visto morir periódicos que no supieron encarar los retos de la modernidad, tal es el caso de El Gráfico y SigloVeintiuno, y de las cenizas de esos medios, incluyendo al agonizante Prensa Libre ( https://www.prensalibre.com/) que se resiste a morir junto con el renovado y recapitalizada La Hora (https://lahora.gt/ ) y frente a ellos una nueva generación de empresarios autodenominados, en el caso de Nómada “activistas de la transparencia” o la versión 2.0 del periodismo militante como es el caso de Plaza Pública.
Es muy importante ver este inicio porque es ahí donde surge otro de sus hijos putativos, Nómada, que fue fundada por el despedido director de Plaza Pública, pero conociendo cómo funcionaba el negocio decide abrir uno nuevo, renovado y más militante.
En fin, el esquema de la pauta publicitaria cambia por el de financistas que hoy en día en el caso de Plaza Pública son: Open Society Foundations y Ford Foundation. Adicional, los llamados Amigos de la Plaza que son una serie de financistas individuales que donan sin proporcionar información tributaria al respecto, vaya al modelo de una iglesia evangélica, lo mismo sucede con Nómada que casualmente tiene el mismo financista Open Society Foundations, Free Press Unlimited y Ford Foundation además de una agencia abiertamente abortista como es Planned Parenthood e Hivos y Oxfam que son agencias abiertamente ligadas a posicionamiento de la agenda LGTBIQ+, estas últimas tres no forman parte del abanico de financistas de Plaza Pública porque finalmente la iglesia a través de la orden Jesuita, los verdaderos dueños del proyecto, no lo permitirían.
Casualmente, quien da fe del proceso de financiamiento es el mismo exdirector de Nómada, quien, en un arranque de transparencia, publica en su misma empresa un artículo titulado ¿Cómo se financia Nómada? (Rodriguez, 2017) donde narra que todo nace con un préstamo de US$ 350 mil, no dice de donde proviene tal préstamo, lo que confirmaría dos cosas:
1. Su extracción de clase lo que no tiene nada de malo, si eres miembro de una fracción de la burguesía o bien
2. Si tal préstamo fue producto de un aporte a capital proveniente de alguna fuente que obviamente el empresario del periodismo no quiso divulgar, hasta ahí no llega la transparencia.
Sobre los inversionistas se es incluso más específico en cuanto a nombres, no tanto en cuanto a montos de aportes o precios de las acciones, y bien, siendo Martín el que gestiona el préstamo se convierte en el accionista mayoritario, y luego aparecen nombres con mucha alcurnia como Miguel Ángel Sagone, Carmelo Torrebiarte, Carlos Dada, Estuardo Porras Zadik, Odette Arzú, Juan Pablo Liska, Lucia Méndez de la Riva y el más famoso de todos Luis Von Ahn[1] y como socio colectivo y como nota discordante entre tanto miembro de la burguesía la Coordinadora de Ongs y Cooperativas, junto con estos nombres rimbombantes una parte de la intelectualidad guatemalteca con mayor reconocimiento internacional por ejemplo la Dra. Marta Elena Casaús Arzú[2] , Rodrigo y Magalí Rey Rosa.
Por otro lado y en forma alegórica son presentados, por estos medios, como “amigos” o “comunidad” a políticos, académicos y activistas, el espíritu de transparencia al mostrar los nombres de esos amigos se hace en el espíritu de las asociaciones fantasmas que forman las ongs, presta nombres o presta honorabilidad importantes para mostrar al financista que el proyecto no solo tiene el respaldo social y académico sino la “representatividad honorable” y bueno, los presta nombres lo saben porque coinciden con los principios e ideología de los medios en cuestión, no se sabe cuánto da cada uno, es más, Nómada tuvo la osadía de configurarse desde el 2014 de hacer a un lado la figura de una asociación a la cual recurren infinidad de Ongs y se constituye en Sociedad Anónima con socios que valga la aclaración se desconoce el capital invertido en forma de acciones pero además reciben financiamientos cual ONG, hasta ahora no se investiga porque organizaciones sin fines de lucro invierten en una empresa que si busca el lucro, es más, una pregunta válida para sus socios es si ha habido reparto de utilidades y si dependen de ese financiamiento externo, en su mayoría, el despropósito seria si se lo reparten en fin parece ser que el lograr financiamiento en si es ya una empresa que proporciona ganancias, lo que tampoco es algo nuevo en Guatemala, que es lo que produce ganancias a medios como Nómada.
Las red de colaboradores como la que muestra Gazeta (https://gazeta.gt/directorio/ ) resulta, para este tema, impresionante, más de cien nombres, profesionales de todo tipo, activistas y sobre todo funcionarios de instituciones universitarias y de agencias, tecnócratas y políticos de izquierda, lo que muestra que este medio se constituye en la voz de la aspiración al poder, la negación del sistema de partidos políticos.
El caso de Plaza Pública y Gazeta es más sencillo, mucho más cercano a Prensa Comunitaria (https://prensacomunitaria.org/ ) Son proyectos periodísticos que en la realidad son Ongs y como tales su horizonte de existencia se basa en la capacidad de poder mantener viva la idea de que su periodismo es necesario en un mar de peligros subyacentes al poder para el que son “incomodos”.
De blogers a youtubers, de milenials a periodistas
www.nomada.gt y www.plazapublica.com.gt tienen algo en común: su origen, uno que define muy bien el nacimiento de una clase social con aspiraciones de más poder desde el poder, ambos nacen en el seno de la pequeña burguesía capitalina, jóvenes que se formaron en universidades privadas donde los guettos de la blancura florecen[3], la visión de la realidad partía del relato lastimero que los sacerdotes imprimían a las mentes jóvenes sobre la realidad social. Es en la universidad Rafael Landívar, encomendada a la compañía de Jesús[4], donde autoridades y estos periodistas de agencia de publicidad y con su visión cosmopolita de la sociedad intentan y bueno, concretan el proyecto de Plaza Pública en el año 2012, cabe mencionar que a un inicio se vieron influenciados por otros medios similares existentes en la UCA de El Salvador tal es el caso del IUDOP o instituto universitario de opinión pública (http://www.uca.edu.sv/iudop/ ) que es uno de los referentes más importantes en el país para analizar la coyuntura nacional.
El periodismo en línea, ya era una tendencia a la alta para principios de la segunda década del nuevo siglo cuando nace este periódico, por lo que se trataba era de constituir un medio que se subiera al barco. La experiencia del periodismo impreso + la experiencia en gestión de ongs y + sangre nueva y con ganas de reconocimiento social del 95% de la población lleva a constituir un proyecto, que es una combinación perfecta, es un medio y es una ong, es periódico de opinión y de investigación, pero, sobre todo, y haciendo honor a la tradición jesuita y católica en Guatemala, con las ínfulas de compartir poder, de ejercerlo, de ahí que el modelo IUDOP pareció ser muy limitado, dirigido a un público con criterio muy bien establecido, el modelo Plaza Pública de aquel infortunado periodista era más el de un periódico en línea que fuese reconocido por segmentos más grandes de población, por jóvenes universitarios en general.
El periodismo en línea se arraiga en dos estamentos:
- La conexión permanente del público lector, que además se mueve con la regla de lecturas rápidas y concisas, videos, infogramas, posts.
- Redes de amistad y empatía ideológica. Las notas periodísticas y las columnas de opinión que giran en torno a la “verdad moral absoluta” del periodismo correctivo esta constantemente formando a sus simpatizantes, les proporciona más que noticias puntos de vista de un mismo tema, ejemplo: la violencia de género, todas las notas que publican son variables de ese planteamiento ideológico solo cambia el nombre de la víctima y los hechos, pero la conclusión será siempre la misma.
Hay detrás de la actividad periodística militante de estas páginas una tradición cimentada en los tiempos de INFORPRESS y CERIGUA[5] medios que formaban parte de las acciones políticos diplomáticas de la insurgencia armada que se dedicaban a denunciar las acciones del Estado, no funcionaban como entes de propaganda en tanto que no justificaban las acciones armadas de la insurrección, pero no los denunciaban, por obvias razones.
El autobombo como afirmaba Enrique Krauze (Krauze, 2008) como la práctica de la autocomplacencia de la izquierda mexicana, además del ninguneo[6] se ve en los monólogos que el periodismo correctivo y militante asume en sus websites en Guatemala, no hay cabida al pensamiento disidente porque en su fanatismo eso simplemente no existe, quienes los objetan son simplemente los acólitos de los males históricos de Guatemala y bueno, ellos, al no depender de los vaivenes del mercado se entronizan en la verdad absoluta, entre ellos se promocionan, se crean historias de lucha, y sobre todo se martirizan.[7]
La industria de la superioridad moral
Eduardo Sancho afirmaba muy convincentemente “hacer política es hacer opinión, hacer opinión es hacer política” (Eduardo, 1990) cuando hacía una descripción de la guerra propagandista en El Salvador en tiempos del conflicto armado interno, la reiteración de postulados, el manejo de la verdad, el convertir la indecisión en certeza, desafortunadamente nada de eso pasa por el debate de ideas en el nuevo periodismo correctivo, este se maneja en forma de propaganda, con certezas e ideas concretas, constructos que no puedan ponerse en duda, ejemplo: la violencia de género, el indígena siempre es víctima de discriminación, la preeminencia de la agenda de las organizaciones indígenas siempre es válido, la represión del Estado es despreciable y siempre (siempre) es desproporcionada, lo nocivos que son los proyectos extractivos, la violencia contra las personas de la diversidad sexual, lo menospreciados que son los jóvenes, las denuncias por violencia contra la mujer son siempre ciertas, hubo genocidio, el CACIF es el responsable de la pobreza y de todos los males del sistema, el militarismo es nocivo, el Estado es responsable (siempre) la preeminencia del patriarcado y luego gravitan elementos coyunturales la certeza de las decisiones de la Corte de Constitucionalidad, la persecución política contra Thelma Aldana y contra el actual Procurador de Derechos Humanos y la existencia de un Pacto de Corruptos.
Plaza Pública, Nómada, Gazeta (https://gazeta.gt/ )[8] y Prensa Comunitaria logran capitalizar perfectamente la necesidad de las agendas de la diversidad sexual, feminismo y ambientalismo y captan recursos en el camino, claro está, la pregunta del millón sería ¿es esto periodismo? Entendido este como la actividad dirigida a fortalecer o formar criterio en el lector, radioyente y televidente, pues adelantándome a la respuesta, sería un no contundente.
Están más cerca de entes nuevos y modernos de propaganda, refugio de la intelectualidad correctiva que en veces aspira al poder del Estado y en veces se conforma con la visión reducida de lograr el financiamiento para el próximo periodo y para ello hay que decir lo que al ente institucional le gusta oír y leer.
Concuerdo con lo expresado por Martín Rodríguez en su explicación sobre el financiamiento de su empresa-ong, y es que no todo el problema puede ser endilgado solamente a George Soros y su corporación, la responsabilidad es más amplia, a esa decena de agencias de cooperación que han visualizado que su cooperación directa a las víctimas o usuarios puede ser más eficaz si se dedica a generar opinión como afirmaba Eduardo Sancho.
Hay periódicos impresos que basan la venta de sus ejemplares en la nota roja, el morbo y la figura estereotipada del cuerpo de la mujer como estrategia para vender más y por lo tanto obtener más pauta, la lógica del periodismo correctivo es vender el victimismo, gran parte de sus notas “periodísticas” son en clave de reiterar que hay víctimas tradicionales, del “sistema” y así mismo hay “victimarios”, un binarismo muy simple en términos propagandísticos, ese victimario por lo regular es el patriarcado, la grandes empresarios y el ladino-mestizo, una triada que en la visión de la interseccionalidad definen el poder a cuestionar.
El tema de la imposición de las líneas editoriales por parte de las agencias, el concurso de la intelectualidad ávida de reconocimiento y poder, forman el caldo de cultivo para la manipulación y en esta parte recurriremos de nuevo a lo expresado por Nayib Bukele en la famosa conferencia de prensa donde cuestiona a los medios financiados por Soros: “ustedes no tienen la superioridad moral de nada” el suponer que este periodismo ongero posee superioridad moral descalifica de entrada cualquier crítica hacia él y todos los cuestionamientos son respondidos desde el señalamiento estereotipado de: machista, patriarcal, racista, whitemalans, y demás, con lo que intentan deshumanizar al que cuestiona.
Hace unos años Guatemala era conocida en el medio de la cooperación internacional como el cementerio de proyectos e iniciativas[9], haciendo alusión a la enormidad de recursos invertidos en acabar con la pobreza, discriminación, violencia y demás y los índices de estos siguen siendo altos, al menos en sus propias lecturas, por lo que fácilmente se podría llegar a la conclusión de que estos recursos se perdían en el camino, pues bien, la inversión en la industria de la opinión al parecer va por ese mismo camino, la izquierda política en Guatemala después de 23 años de la firma de los acuerdos de paz sigue siendo marginal, por lo que esa opinión política intelectual, citadina, progresista, cuestionadora, solidaria y temperamental impacta en un grupo homogéneo pero reducido de personas pero en consonancia con la tradición de estos segmentos políticos gran parte de su audiencia no es el lector promedio, sino la cooperación que finalmente es la que compra las notas y paga por ellas en el siguiente periodo.
[1] Quien además ha decidido invertir en el periódico La Hora, una empresa que a duras penas lograba sobrevivir con la venta de edictos hasta el día de hoy
[2] la segunda de la familia Arzú en el grupo impulsador de Nómada
[3] Suficiente con ver los nombres de los accionistas de Nómada y compararlos con los nombres y procedencias de los colaboradores de Gazeta
[4] Distante de sus pares en El Salvador y Nicaragua por mucho, especialmente en su militancia y activismo.
[5] Adrián Zapata, ex funcionario del gobierno de Álvaro Colom, docente universitario y ex miembro de la guerrilla guatemalteca no tiene empacho en reconocer el papel de CERIGUA en el proyecto de la revolución (Zapata, 2018)
[6] Menosprecio hacia las posturas de los demás en tanto que no están en el mismo universo del intelectualismo correctivo
[7] Hoy en día no hay vía más expedita, al foco del interés de los financistas internacionales, que una amenaza o atentado real o ficticio (al final no importa)
[8] A diferencia de Nómada esta revista emplea a otro tipo de intelectuales y activistas, más clase medieros cercanos a entidades académicas como la USAC y FLACSO
[9] Dicha inversión contabilizada en millones de dólares ha mostrado ser ineficaz hacia los beneficiarios pero altamente redituable para las nuevas castas de tecnócratas e intelectuales, cual funcionario público constantemente están en busca de un nuevo proyecto y del discurso que necesitan reproducir para conseguirlo