Las diversas acciones de grupos feministas nacionales para unirse a la actividad mundial conocida como “Huelga del 8 M” pasaron desapercibidas para la mayor parte de la ciudadanía. Es imposible no establecer la comparación entre la marcha pro vida de septiembre de 2018, con más de 150 mil participantes, en su mayoría población no organizada, y la marcha de hoy, que no llegó a mil participantes y que apuntala la agenda de género promovida por la Organización de Naciones Unidas (ONU). Entre los manifestantes de hoy fue evidente la participación de trabajadores de ONGs afines a la ONU y cooperantes extranjeras. La ex titular de la Secretaría Presidencial de la Mujer, Elizabeth Quiroa, explicó a Perspectiva por qué la ideología de género no logra arraigo ni comprensión entre las mujeres guatemaltecas.
Roxana Orantes Córdova
Los eventos para recordar a las 53 niñas que murieron calcinadas en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción hace dos años fueron el hilo conductor entre una serie de actividades artísticas, culturales y de protesta organizadas por grupos feministas, colectivos sociales y ONG´s para sumarse al movimiento llamado paro o huelga del 8 M. Entre las participantes se veían varias europeas, especialmente españolas que lucían el pañuelo verde, símbolo de la lucha por el aborto legal.
“Arte acción”, obras de teatro y performances sustituyeron a la tradicional manifestación de mujeres sindicalistas, trabajadoras y profesionales que hace algunos lustros recorrían la sexta avenida de la zona 1 para conmemorar a las 123 mujeres (y 23 hombres), que murieron en un incendio el 8 de marzo de 1908, en una fábrica de camisas en Nueva York. Esas mujeres pedían reducir su jornada laboral a ocho horas y recibir el mismo sueldo que los hombres. El dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas y todas murieron en el incendio que se desató.
Muchas de las demandas que exigían las mujeres a principios del siglo XX ya fueron alcanzadas: el acceso a la educación universitaria, el sufragio, el derecho a postularse a cargos de elección popular y tantas cosas que la sociedad actual considera naturales en el mundo, si bien son resultado de luchas emprendidas por mujeres.
El feminismo actual, también conocido como “feminismo de la tercera ola”, privilegia aspectos relacionados con la sexualidad: identidad de género, derecho al aborto legal y acoso callejero, sobre demandas relacionadas con la identidad femenina que en Guatemala están pendientes de resolver: hospitales que permitan a las mujeres un parto digno, guarderías en los centros de trabajo y empoderamiento económico.
Por ello, afirma Elizabeth Quiroa, las marchas del 8 M son “escuálidas” y carentes de representatividad. Este 8 de marzo, la agenda de las actividades en la capital comenzó con una acción llamada “Tejer por la ternura y la memoria”. A partir de las 7 de la mañana un grupo de personas cubrieron las cruces que conmemoran a las niñas del Hogar Seguro con cuadros multicolores tejidos, para “proteger del frío” las cruces.
Poco después fue realizado un montaje consistente en la colocación de 41 pares de zapatos para conmemorar a las niñas fallecidas. Además, se colocaron flores y peluches. Simultáneamente, familiares de las pequeñas realizaron otra acción frente a las puertas del referido hogar de acogida.
Entrega de claveles, pintura de mantas, una ceremonia de fuego maya, y la marcha llamada “Calladx nunca más”, en la que participaron mujeres provenientes del interior, organizadas en el Comité Campesino del Altiplano (CCDA), fueron algunos de los elementos que se sumaron para este día de conmemoración, que concluyó con la “Pedaleada contra el acoso callejero”, en la que unas 40 mujeres salieron a las 7 de la noche, desde la Plaza de la Constitución, zona 1, al monumento al Papa, zona 14.
A diferencia del año pasado, cuando unas cien mujeres alborotaron la zona 1 con la marcha bufa llamada “procesión de la poderosa vulva”, este año no se escucharon improperios ni blasfemias. Por el contrario, la marcha y todas sus actividades pasaron desapercibidas, excepto por las paredes del Centro Histórico, que quedaron indeleblemente marcadas con las pintas de mujeres indignadas que se suman a los movimientos mucho más agresivos de mujeres sudamericanas y europeas.
La ideología que genera anticuerpos a los guatemaltecos
Según Quiroa, “pudiera ser que la ideología de género no logra arraigo entre los guatemaltecos porque no se adapta a todas las personas. Es un planteamiento con objetivos definidos, como el aborto legal, que no responden al sentir de la mayoría de la población”.
Tal como señala esta feminista pro vida, “la mujer rural que se levanta a las tres de la mañana a sacar agua, cortar leña, atender a sus hijos y muchas otras tareas, no pensaría en el aborto como una solución a sus problemas. Quienes impulsan la agenda de género en Guatemala no tienen cercanía con el sentir de las mujeres rurales y las trabajadoras de la ciudad, casi todas con jornadas laborales de hasta 17 horas. Por ejemplo, una mujer que trabaja en Villa Nueva tiene que levantarse de madrugada para juntar agua y luego pasa largas horas en el tránsito, generalmente en transporte público”.
Definitivamente, “no hay coincidencia entre las demandas que pretende imponer esta variante del feminismo y las necesidades de nuestras mujeres. Se trata de una agenda impuesta, con un criterio mecanicista. La ONU Mujeres inició el tema hablando de necesidades como la nutrición, el empoderamiento económico, el acceso a la tecnología. ¿Por qué meten el aborto y el matrimonio igualitario?, señala.
Quiroa es una economista que llegó al feminismo estudiando datos sobre la condición de las mujeres. “Cuando empecé con este tema, me parecieron fascinantes aspectos como el empoderamiento económico, el acceso al crédito, proyectos productivos e infraestructura. En el área rural, las mujeres tienen pequeños huertos y necesitan carreteras para llevar sus productos al mercado. Lo que sostiene la violencia intrafamiliar es la dependencia económica de muchas mujeres casadas. Se puede generar opciones para ellas”, explica.
Entre la mitología que ha surgido con el intento de implantar la ideología de género, Quiroa comenta: “no siempre la teoría caza con la realidad. Tratan de convencer a las jovencitas de que la maternidad es una condena Evidentemente es necesario que la niñez y juventud reciban educación sexual y puedan tomar sus decisiones. Se necesita información, no alienación”, concluye.