El pasado jueves, expiró el Título 42, una política sanitaria implementada por la administración Trump en 2020 en respuesta a la pandemia de COVID-19, que permitía la expulsión inmediata de migrantes que cruzaban la frontera sin importar su situación legal.
Redacción Perspectiva
Desde entonces, la Patrulla Fronteriza ha experimentado una disminución del 50% en el número de migrantes que cruzan la frontera, según el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
Aunque esta caída es significativa, Mayorkas advirtió que todavía es demasiado pronto para evaluar la situación, ya que solo han pasado tres días desde la expiración del Título 42. El secretario también afirmó que la reducción en el número de migrantes se debe en parte a una comunicación más efectiva por parte del gobierno de los Estados Unidos sobre la existencia de caminos legales y seguros para llegar al país.
Sin embargo, algunos expertos señalan que las causas subyacentes de la emigración no han cambiado y que las nuevas políticas no frenarán significativamente el flujo de migrantes hacia los Estados Unidos. A pesar de la disminución en el número de migrantes que cruzan la frontera, aún hay muchos que se encuentran en ruta hacia los Estados Unidos, y algunos ya se encuentran esperando en zonas fronterizas para cruzar en busca de una vida mejor.
Según Falko Ernst, analista principal de International Crisis Group en México, «no parece que esto vaya a frenar los factores de empuje o atracción de la migración desde Centroamérica, Sudamérica y otras partes del mundo. Los incentivos para que la gente huya y busque refugio en lugares más seguros en Estados Unidos siguen vigentes».
Es importante destacar que el gobierno de los Estados Unidos ha tomado medidas para enfrentar la situación en la frontera y se ha preparado con antelación para la transición después del fin del Título 42.
El secretario Mayorkas ha destacado que el gobierno sigue comprometido con una política migratoria ordenada, segura y humana, y que las nuevas políticas buscan abordar las causas subyacentes de la emigración, como la violencia, la pobreza y la inestabilidad política en los países de origen.