Guatemala tiene una deuda preocupante, la cual se suma a una ejecución presupuestaria que motiva muchas dudas, afirma la abogada de Guatemala Inmortal Amanda Santizo, quien actualmente analiza las partidas del Presupuesto General de la Nación y comenta algunos datos que encontró en dicho análisis.
Roxana Orantes Córdova
Guatemala tiene un presupuesto nacional cada vez más alto, pero al mismo tiempo, con un evidente desbalance entre lo que se proyecta gastar y los ingresos proyectados, señala Santizo, quien añade que además faltan mecanismos para transparentar el gasto público, tema en el cual la Contraloría General de Cuentas (CGC), deja mucho que desear.
Recientemente, el Congreso aprobó una ampliación presupuestaria que supera los tres mil millones de quetzales, para el ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), uno de los más cuestionados por la pésima ejecución de obras, falta de transparencia en el uso de fondos y vínculos perversos entre funcionarios-diputados y empresas.
Además del CIV, la ampliación beneficiará a proyectos de mejora en la infraestructura escolar. Cabe mencionar que más de un informativo documentó los nexos entre diputados y ONG´s vinculadas con la educación que en años anteriores recibieron fondos gubernamentales para sus organizaciones.
Pese a las constantes inyecciones millonarias de fondos, el sistema educativo y las carretaras no evidencian mejorías, al tiempo que la salud pública subsiste en una crisis permanente.
Guatemala: deuda podría incrementarse
Actualmente, la comisión de Finanzas Públicas y Moneda tiene para su análisis una iniciativa de ley enviada por el Ejecutivo, para aprobar un nuevo préstamo de US$500 millones con el BIRF.
Según el gobierno, esto significará ahorro para el Estado, ya que la tasa estimada anual sería muy baja (0.75% anual).
Sin embargo, Santizo considera que endeudarse más no es un buen principio de administración pública.
Partidas presupuestarias motivan dudas
Según indica la abogada: «considero ambiguas muchas partidas presupuestarias. Esto podría favorecer malversaciones. Por ejemplo, el CIV siempre tiene presupuestos muy elevados para el bacheo, pero el estado de la infraestructura vial no corresponde a estas buenas intenciones. No se ve la ejecución».
«Son miles de millones para remozamiento y bacheo, pero en la realidad no se reflejan estas obras. Para justificar la ampliación a la infraestructura de carreteras, se argumentó que el dinero ya está en caja de COVIAL, por lo que debería usarse. Sin embargo, este no es un buen argumento, porque esos fondos podrían destinarse a pago de deudas, por ejemplo», indica.
Otro dato en las partidas que según Santizo es importante, es que algunas partidas se repiten y otras no están claras. Por ejemplo, se mencionan Q150 millones para construir una escuela en Palín y otra en Chiquimula, pero no se especifica cuál de ellas.
Falta de transparencia
Las dudas anteriores difícilmente son aclaradas, porque la CGC no realiza a cabalidad su labor, expresa la abogada. «Parece como si fiscalizaran por muestreo al azar, de una forma no idónea.»
Gastamos más de lo que recibimos, dice Santizo
Según el análisis de la jurista, los ingresos que espera el Estado guatemalteco para este año son Q.76,315 mil millones, que provendrían de los impuestos recaudados. En cuanto a los gastos, la idea es que sumen Q.106 mil 202.9 millones, de donde «resultamos debiendo más de cuarenta mil millones».
«En unos cinco años tendremos una deuda sumamente alta, y esto no sería alarmante si se viera que los fondos se emplean en mejorar servicios, pero esto no es lo que sucede y se comprueba al visitar escuelas, hospitales o sencillamente, viajar en carretera», concluye.