Horas antes de que Alejandro Giammattei presente su primer informe de gobierno ante el Congreso de la República, Perspectiva consultó con Alfredo García Siekavizza, constituyente y analista; Enrique Lacs, de la Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas; Edy Morales, sociólogo criminalista y Elizabeth Quiroa, especialista en políticas públicas. Todos coincidieron en que la gestión estuvo caracterizada por la inestabilidad y el endeudamiento.
Roxana Orantes Córdova
En una escala del 1 al 10, el puntaje más alto le fue otorgado a la gestión de Giammattei por Quiroa y Lacs, quienes consideran que merece 5, mientras Morales le dio 4 y García, 3.5.
Un aspecto en el que coincidieron los cuatro entrevistados es en el acertado manejo de la pandemia al inicio, aunque este se opacó por la falta de políticas y acciones para mermar las consecuencias de esta.
“Le daría 3.5. Quedó a deber en muchos temas importantes”
Según García Siekavizza: “a la gestión del primer año de gobierno le daría 3.5 de 10. Inicialmente hubo un buen manejo de la pandemia, pero quedó a deber en temas como la educación, apoyo social y otros. Además, los préstamos para infraestructura que deben ejecutarse este año fueron un gravísimo error”.
En cuanto a la gestión política del gobierno, considera que “se crearon comisiones innecesarias y redundantes, como la COPRECOVID y el Centro de Gobierno. Por otra parte, se enfrentó exitosamente a la oposición interna dentro de su propio gabinete y a la oposición de la autodenominada sociedad civil”.
Para el futuro inmediato, el analista considera que: “este año le va a tocar duro con ambos sectores, que se van a ver fortalecidos. Lo van a atacar con más dureza y esto implicará que necesitará mucho apoyo y tender muchos puentes. Posiblemente, también implicaría más concesiones, ya ha hecho algunas. Necesita mejorar la calidad de su ejecutoria y establecer prioridades”.
Lacs: “No hubo significativo combate al contrabando”
Según afirma el dirigente empresarial, este año inició con muchas dificultades para un gobierno que iniciaba. “No estábamos preparados para la pandemia, ni financiera ni logísticamente. Fue un logro paliar o mitigar sus consecuencias, no obstante, hubo una ejecución muy retardada en aspectos de importancia, además de que no se logró alcanzar la transparencia necesaria. Probablemente este retardo en las ejecuciones se relacionó con que muchos trabajadores del Estado estuvieron suspendidos o en teletrabajo, pero es necesario establecer mecanismos para ejecutar con más rapidez”.
Además, señala que “no se tomaron previsiones en algunos campos. Como Cámara de Alimentos y Bebidas, señalamos que faltó un efectivo combate contra el contrabando. En su momento, señalamos que los contrabandistas podrían ser vectores de contagio. En cuanto a la macroeconomía, vemos que no hay luz roja para el endeudamiento, pese a la escasa capacidad fiscal, lo que a mediano o largo plazo puede tener efectos negativos en la economía. El contrabando está vinculado con la recaudación fiscal. No vemos voluntad en este y otros aspectos, por ejemplo la Ley de Contrabando continúa detenida, al igual que la de zonas francas, infraestructura y otras”.
“La segunda ola va a empezar aunque no lo queramos, y es necesario que se resuelva el tema pendiente de los fondos trabajo, que dinamizarían el trabajo. Hay 800 mil personas que resultaron desempleadas durante la pandemia. Aunque las remesas crecieron, esto solo beneficia a un segmento de la población, mientras la mayoría se encuentra desempleada, y con escasas perspectivas de iniciar un emprendimiento, debido a las limitaciones de la propia pandemia. De 10, le daría un 5”.
“Recursos excesivos para pocos resultados”
Edy Morales considera que de 10, le daría un 4 al primer año de gobierno. “La seguridad integral abarca todos los aspectos de la vida humana: físico, moral, social, emocional, político, económico. Con este gobierno hemos visto el desembolso y endeudamiento de recursos excesivos para pocos resultados. Si no me equivoco son unos Q38 mil millones de deuda, que dos o tres generaciones deberán pagar. La situación es compleja, más con la generalización de estructuras criminales que ya estaban incrustadas en el Estado y ahora se ha convertido en normal que los funcionarios lleguen al Estado bajo la premisa del saqueo, contratando amigos y allegados”.
Según Morales, a esto se une la ineficiencia en la gestión de la salud pública en un año de pandemia. “Hubo varios ministros y la administración actual de salud no evidencia actividad significativa. Es increíble que se hayan endeudado por miles de millones y no puedan atender lo más básico e importante, como la infancia, donde la desnutrición alcanza cifras que son de las más altas del mundo”.
En cuanto a la seguridad ciudadana, considera que si bien se redujeron los índices de homicidios, han aumentado los delitos contra la propiedad, lo cual se explicaría por la generalización de la pobreza y pobreza extrema. En el gobierno existen indicios de corrupción, menciona, y por otro lado, enfrenta una oposición política que manejó de forma poco acertada, cuando reprimió violentamente las protestas de noviembre.
“Los buenos resultados en macroeconomía generan dudas”
Según afirma Elizabeth Quiroa, “aunque la gestión macroeconómica refleja estabilidad, tengo dudas viendo las cifras del desempleo y la pobreza. Esto genera dudas. El primer año termina con muchas cosas pendientes de atender. Es un hecho que en el primer trimestre hubo una opinión favorable sobre la gestión gubernamental, pero el año terminó negativo, por la escasa respuesta. Por ejemplo, los hospitales ofrecidos siguen siendo temporales, no se ha construido infraestructura hospitalaria”.
“La falta de empleo y de opciones, ni siquiera por cuenta propia, es otro factor que afecta a la gestión del gobierno. La gente no se anima a emprender porque no se sabe si habrá apertura económica. Por otra parte, no se generaron opciones de empleo ni se ejecutaron programas integrales de seguridad alimentaria”.
El año que inicia puede ser más complicado que el anterior para el Presidente, debido a la amenaza de la pandemia y también a las secuelas de 2020, incluyendo la devastación de las tormentas Eta e Iota, que según señala Quiroa, dejaron desoladas regiones del país donde no llegó ninguna clase de apoyo del gobierno central ni de los diputados, concluye.
