Jordán Rodas no dejó claro si aceptará la indemnización de Q.534 mil que motiva polémica en redes sociales. El PDH inició su gestión como figura polémica y se retira de igual manera, dividiendo las opiniones en dos extremos: quienes desde 2020 intentaron su destitución y los que le son leales hasta el último momento. En cualquier caso, el magistrado de conciencia se despidió viajando a Colombia, a donde acudió para la toma de posesión del ex guerrillero Gustavo Petro, y divulgó en sus redes fotografías con su amigo Iván Velásquez, en una evidente demostración de su ideología.
Roxana Orantes Córdova
Que Jordán Rodas sea o no izquierdista no es un argumento para demeritar su gestión, ya que en un país democrático, la posición ideológica de cada ciudadano debiera ser un asunto privado y personal.
Sin embargo, que en los cinco años de su gestión esta ideología haya desequilibrado la balanza de la defensa de derechos humanos en Guatemala, como evidenció demasiadas veces al parcializar la defensa de derechos, es el principal argumento de sus oponentes, quienes en segundo lugar mencionan el pésimo manejo del presupuesto en la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) y finalmente, el activismo manifiesto, que llegó al extremo de llevarlo a hacer proselitismo para otro puesto público (rector de la USAC), en horario laboral y sin permiso explícito, ni de la PDH ni del Congreso.
Con buena prensa y aliados importantes, Rodas no deja de motivar dudas sobre su gestión, tal como expresó el diputado Aníbal Rojas al finalizar la citación del comisionado de DH ante la comisión legislativa que lo nombró.
Jordán Rodas, siempre a la defensiva
La citación de Rodas al Congreso, como parte de la inminente transición en la PDH, se convirtió en un evento poco serio, en el que para empezar, el citado no resolvió ninguna de las dudas que le plantearon los legisladores y respondió de forma agresiva, a la defensiva, ante los cuestionamientos.
Por ejemplo, sobre si aceptará la indemnización, argumentó que los dos anteriores PDH la cobraron. Dicho esto, aprovechó para fustigar al diputado Álvaro Arzú sobre el ingreso de un empleado municipal y la contratación de Patricia Escobar (madre del diputado), en la Municipalidad, llevando su respuesta a un terreno personal.
«No voy a contratar a mi mamá en la PDH»
Este fue uno de los argumentos esgrimidos por Rodas. Sin embargo, aunque no contrató a su mamá en la PDH, el magistrado de conciencia tiene contratada una larga lista de personajes afines ideológicamente, quienes además pueden incidir en su buena prensa e incluso las resoluciones favorables a los centenares de amparos que interpuso ante la Corte de Constitucionalidad de Gloria Porras.
Entre otros, la hija de Nery Rodenas, de la ODHAG y la esposa del ex magistrado de la CC Francisco de Mata Vela, además de docenas de activistas que forman la planilla de la PDH, como consta en la información pública de dicha institución.
Al emprenderla contra los diputados, a quienes señaló de diversas anomalías, incluyendo a Manuel Conde, a quien le dijo: que cantar el «Jefe de Jefes» le restaba solvencia. Para terminar, tuvo un pequeño debate con Aníbal Rojas.
Aunque aparenta ser una situación espontánea, el rifirrafe de Rodas con los legisladores terminó en que el comisionado del Congreso no esclareció las dudas sobre si cobrará o no la indemnización, tema que motiva polémica porque según la ley, los funcionarios nombrados para periodos determinados, electos por sistema de comisiones (PDH, Fiscal y similares), así como los dignatarios (por voto popular), no tienen derecho a indemnización laboral, aunque muchos la cobraron.
En cualquier caso, cuando Rodas termine su gestión, las acciones de auditoría que evadió con recursos legales podrían seguir su curso. Esto, si permanece en el país.