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Los avances en la agenda legislativa que se dieron a principio de mes parecen haber sido sólo una excepción en el actuar del Congreso. El estancamiento ha vuelto desde que los diputados se empezaron a acercar a tener que abordar las reformas a la Ley de Contrataciones del Estado.
Ganaron tiempo al conocer los casos de Sipacate, ya convertido en municipio, y Petatán que está pendiente de la aprobación final del decreto legislativo. Ahora, luego que la Presidencia de la República declarara Estado de Calamidad por la tragedia en Cambray II se necesitaba la ratificación de dicho estado por parte del Congreso pero no se ha conseguido el día de hoy.
Por la mañana en sesión de Jefes de Bloque, los diputados citaron al Viceministro de Finanzas para conocer la forma en que se ejecutarán los fondos para los damnificados, entre los que se encuentran los 20 millones de quetzales donados por el Congreso. Se sabe que se creará un programa específico para llevar control de la forma en que esos fondos serán ejecutados para atender la tragedia aunque, tal y como sucedió con la catástrofe del terremoto en San Marcos, la creación del programa no garantizará la transparencia.
Fue en esa misma sesión en que se hizo del conocimiento de los Jefes de Bloque la renuncia de Pedro Muadi a su curul, noticia que fue bien recibida por Gudy Rivera, quien sonrió al escuchar la noticia. La salida de Muadi, que ya era diputado independiente, significa que el debilitado Partido Patriota sumará un escaño más ya que el espacio corresponde ocuparlo ahora a Daniela Beltranena, ahijada y mano derecha de la ex vicepresidenta Roxana Baldetti.
Tras la noticia, el presidente del Congreso recalcó a los Jefes de bloque la necesidad de que sus diputados acudieran hoy al pleno para juntar los 105 votos necesarios para ratificar el Estado de Calamidad. Pareciera que lo hizo frente a oídos sordos».
En el pleno se esperó durante más de tres horas a que se integrara el quórum pero lo más que se juntaron fue 98 diputados. Como por ley, el Congreso sólo tiene tres días para conocer el Estado de Calamidad, la presidencia optó por leer el decreto frente al mínimo de diputados aunque la aprobación quedó postergada para la próxima semana.
La ausencia más notoria esta vez fue de la bancada Unidad Nacional de la Esperanza, que no estuvo presente ni en sesión de Jefes de Bloque ni en el pleno, quizás preocupados más por la segunda vuelta electoral del domingo.
Los resultados de las elecciones con toda seguridad marcarán un nuevo pulso en el Congreso, sobre todo cuando la UNE tenga la certeza de si se preparará para ejercer gobierno o para hacer oposición. Lastimosamente, los pulsos políticos han dejado relegada la tragedia de El Cambray que necesita de la ratificación del Estado de Calamidad para que se agilicen los trabajos de construcción de viviendas y de atención al área del desastre.
Y por supuesto, mientras todo esto pasa, las reformas a la Ley de Contrataciones siguen engavetadas.
