El Grupo de Lima y la Unión Europea (UE) mostraron su oposición total a una intervención militar en Venezuela y abogaron por una solución negociada, en manos de los venezolanos y sin fuerza, tras los disturbios ocurridos este sábado en la frontera colombo-venezolana.
En una declaración tras reunirse el pasado lunes en Bogotá, el Grupo de Lima abogó por una salida a la crisis «conducida por los propios venezolanos pacíficamente y en el marco de la Constitución y el derecho internacional, apoyada por medios políticos y diplomáticos, sin uso de la fuerza».
«Es bueno decir, con absoluta claridad, que el uso de la fuerza en cualquiera de sus formas es inaceptable, el uso de la fuerza no es una solución para lo que ocurre en Venezuela. Acá, en el Grupo de Lima, venimos luchando para que esta solución se dé en forma pacífica», declaró en la cita el vicecanciller peruano, Hugo de Zela.
Este rechazo se hizo, además, en presencia del vicepresidente estadounidense, Mike Pence, quien asistió a la reunión y, pese a todo, reiteró que «como ha dicho el presidente Trump: todas las opciones están sobre la mesa», además de anunciar nuevas sanciones contra Venezuela.
El Grupo de Lima, que está integrado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana y Santa Lucía, fue creado en 2017 para buscar soluciones a la crisis venezolana.
Sin embargo, a la reunión de Bogotá no asistieron representantes de México, Costa Rica, Guyana ni Santa Lucía.
Por su parte, Bruselas rechazaba también el mismo día la opción militar. «Se ha establecido una posición de la UE en este contexto, muy clara: hay que evitar la intervención militar», dijo la portavoz comunitaria para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Maja Kocijancic.
El ministro de Asuntos Exteriores español, Josep Borrell, era también tajante. «No todas las posiciones están sobre la mesa», dijo y señaló que su país no apoyaría y condenaría firmemente cualquier intervención militar extranjera.
Se sumó a esta corriente el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien dijo, en una entrevista con el canal suizo RTS, que «en América Latina, el tiempo de las intervenciones militares ha pasado».
Añadió que «una intervención solo podría tener lugar dentro del marco de la Carta de las Naciones Unidas», aunque sería «una ingenuidad pensar que se puede encontrar una cierta unidad en estas circunstancias».
América Latina y Europa siguen trabajando a través de múltiples vías, como el Grupo Internacional de Contacto y el Mecanismo de Montevideo, en busca de una solución pacífica a la crisis en el país sudamericano.
Durante la reunión en Bogotá, varios líderes mostraron de forma explícita su rechazo a la fuerza. El rechazo internacional a una intervención militar extranjera en Venezuela llega después de los disturbios ocurridos el sábado, cuando la oposición intentó ingresar al país «ayuda humanitaria» sin autorización del gobierno, la ONU, o la Cruz Roja Internacional.
La propia ONU instó, a través de su portavoz, Stéphane Dujarric, a «despolitizar» el suministro de ayuda humanitaria a Venezuela y pidió a todas las partes avanzar hacia unas negociaciones políticas serias y a una reducción de las tensiones.
Venezuela vive días de tensión política luego de que el 23 de enero el titular de la Asamblea Nacional (Congreso), el diputado opositor Juan Guaidó, se autoproclamase «presidente encargado» del país y fuese reconocido casi de forma inmediata por Estados Unidos.
Fuente: Xinhuanet