Satoshi Nakamoto publicó – en medio de la crisis financiera del 2008- el whitepaper de Bitcoin, con lo que el mundo adquirió una nueva cara: no sólo la posibilidad de un instrumento adicional para transmitir valor como son las criptomonedas, si no la existencia de la plataforma misma que las hace posibles: el blockchain.
La también llamada «tecnología con cadena de bloques» es una base de datos descentralizada, inalterable y cuya seguridad radica en criptografía que, con la tecnología existente hoy en día, es prácticamente inquebrantable; es un libro que va registrando todos los movimientos, abierto a los participantes y que requiere el consenso de más de la mitad de la red para realizar cambios.
Pareciera que el sector financiero es donde blockchain ha encontrado mejor recepción, en especial, para resolver necesidades como la gestión de transacciones a bajo costo, así como la posibilidad de acercar un sistema financiero a los sectores de la población que carecen de una cuenta bancaria pero que sí tienen un teléfono inteligente y conexión a internet.
Sin embargo, cada vez hay más interés sobre esta tecnología: al menos 57% de los emprendimientos en Latinoamérica se han enfocado en el uso de blockchain, que de acuerdo con Endeavor, se prevé que en el periodo de 2017 a 2022, esta plataforma tecnológica tenga una tasa de crecimiento anual de 42.8%, lo que resultará en un ingreso global de, al menos 13 mil 960 millones de dólares en 2022.
El propio sector público ha mostrado interés en el potencial que implica la gestión de información para facilitar trámites de todo tipo: desde acceso a información como documentos de identidad, accesibilidad de licitaciones, modernización de aspectos relacionados con seguridad social o movilidad.
Una de las mayores historias de éxito al respecto es Estonia, que desde el 2008 ha estado investigando y adoptando tecnologías similares, lo que le permitió poner en línea, de manera transparente, abierta y segura, todos los registros públicos de las distintas entidades del gobierno, incluyendo temas de seguridad nacional, así como de regulación comercial.
Cada día es una oportunidad para generar masa crítica respecto a innovaciones y aplicación de esta tecnología en el día a día: desde tener visibilidad de una cadena de manufactura -que termina con la producción de un automóvil- hasta la historia misma del vehículo que genera información como la adquisición de un seguro, mantenimiento, qué piezas han sido reemplazadas, etc.
Al momento de ser revendido, el nuevo comprador tendrá certeza de contar con toda esta información transparente, confiable y segura; dándole la seguridad de las condiciones en que está adquiriendo el bien.
Otra opción son los contratos inteligentes, mismos que se llevan entre dos o más partes, los cuales se activan y codifican bajo ciertas condiciones: el pago de un bien o servicio, un previo depósito, una herencia o una donación. La ventaja es que los hechos quedan registrados de manera inmediata: si hablamos de un pago, ambas partes son notificadas y si hay un incumplimento, entra inmediatamente una multa.
Entonces, ¿qué sectores se benefician por esta tecnología?
El sector financiero
Es el terreno más fértil como lo muestra el boom de las criptomonedas. Hay mucho potencial en la posibilidad de generar soluciones para brindar transacciones seguras y eficientes, que operen en cualquier parte del país (y del mundo), prácticamente en tiempo real.
El sector salud
Esta Industria también vive una renovación gracias al blockchain: esta tecnología permite tener sistemas únicos de expedientes altamente seguros, en la que los involucrados como seguros, médicos y pacientes, puedan acceder a los datos que necesiten, destacando que el dueño de la información es quien autoriza el acceso.
El sector público y gobiernos
Estas ramas pueden brindar mejores servicios a sus ciudadanos, como lo ha hecho Estonia: guardar toda la información en una base de datos única, segura y descentralizada permite a los ciudadanos tener acceso a servicios cada vez más ágiles y eficientes.
¿Y qué pasa con las artes?
Dentro de las industrias creativas también existen iniciativas de blockchain como en las que se eliminan plataformas de anuncios de PPC (pago por clic) y en vez, uno decide pagarle con criptomonedas a los creadores del contenido que disfrutan los usuarios.
La pregunta de si blockchain va a cambiar nuestra realidad ya quedó atrás. Sólo es cuestión de tiempo para preguntarnos «¿qué tanto?»
Fuente: Entrepreneur