Mario Mérida
Hoy (16/marzo/2021) como todos los martes inicio el borrador del siguiente artículo, mientras lo hago reviso los periódicos de los últimos días y me quedo con los titulares de la portada de elPeriódico de ayer: “Aviones, minería, narcotráfico y presidentes”, lo cual resulta preocupante, pero al final no es relevante, ya que de eso se encargará el gobierno norteamericano, con el beneplácito de algunos funcionarios de gobierno incapaces de evitarlo y a quienes ingenuamente se les reclama voluntad política, cuando se les debe exigir responsabilidad pública.
La preocupación norteamericana será aplaudida por algunos, con la excusa de la incapacidad estatal para hacer frente a tales amenazas. Entretanto la mayoría de guatemaltecos continúan preocupados por la “La sombra que dejo -dejará- la pandemia” y la inacción gubernamental. Situación comentada por este medio, así como el triunfo del pentatleta Charles Fernández ganador de la medalla de oro en la II Copa Nacional de Polonia, que hace visible positivamente a nuestro país. Pero lo que me resultó significativo fue el subtitular: “En el Top 10 de los mejores del mundo” y la fotografía que registra el momento en que un campesino guatemalteco revisa el café, aun en cereza.
Relaciono lo anterior con el artículo “Perspectivas externas del impacto del COVID En Guatemala… momento ser más competitivos”(6/8/2020), en donde mencioné el estudio del BID (abril/2020), sobre que “la reactivación económica del país estaría particularmente influenciada por el resultado de otras economías más desarrolladas. Las medidas adoptadas internamente para la reactivación de la economía tendrían un efecto limitado, ya que el país posee importantes fuentes de ingresos externas”. El análisis de Guatemala finaliza con una conclusión, en la que se reconoce un “marco macroeconómico fuerte, el cual permite al país tomar acciones de largo plazo para compensar los efectos negativos de la pandemia de COVID-19 en la economía”.
El artículo acerca de las perspectivas externas… termina con la siguiente reflexión: “Los expertos nacionales podrán estar de acuerdo o en desacuerdo con las predicciones del BID, pero es innegable, que son un buen punto de partida para realizar un análisis de mayor amplitud y elaborar una visión más integral del desarrollo (2021-2025), que incluya la modernización de algunas actividades agrícolas de exportación, así como la industrialización y comercialización de la pesca”. ¿Es el momento de SEGEPLAN o del ¿ministerio de agricultura?
La SEGEPLAN, tiene una visión interesante pretende: “Al 2025 la SEGEPLAN es conductora del desarrollo de Guatemala mediante la planificación sólida, innovadora y orientada a atender las prioridades de la población”, con el apoyo de sus principios y valores: “Cambiamos para cambiar a Guatemala”. Que tanto ha cambiado, se conocerá cuando se compartan los indicadores. Al Ministerio de Agricultura, le corresponde desarrollar la parte correspondiente a la Política General de gobierno 2020-2024.
La política en mención reconoce la “coexistencia de dos sectores uno moderno con proyección exportadora y con un nivel de productividad importante; y, otro tradicional, conformado por pequeños productores que observan grandes brechas de productividad y escaso nivel de encadenamiento”. Asimismo, señala que ambos sectores “requieren la atención del Estado, sin embargo, el sector tradicional requiere una atención especial en la provisión de asistencia técnica, capacitación, dotación de insumos, provisión de sistemas de riego y acceso al crédito, que mejoren sus niveles de productividad, así como, el fomento de encadenamientos productivos”. (página 40).
La política elaborada por el gobierno de turno contiene algunas acciones estratégicas, inmovilizadas en la actualidad por la pandemia entre las que resaltan: Fortalecer la legislación e institucionalidad para facilitar las exportaciones a pequeños productores; Promover el acceso a paquetes tecnológicos para el desarrollo de la actividad agrícola sostenible en el área rural.
Crear el programa de comercialización de los productos directos de los propios centros de producción agrícola; Impulsar centros de producción agrícola y la agricultura familiar para la seguridad alimentaria y nutricional; así como, la producción de alimentos, principalmente para el autoconsumo y subsistencia en zonas prioritarias como el caso del “corredor seco”; Fomentar un programa de fertilización, utilización de semillas mejoradas y la agricultura inteligente con el objeto de mejorar la adaptación al cambio climático e Impulsar un programa de mejoramiento de la cosecha de frijol y maíz. (página 41).
Guatemala está en capacidad de “surtir de granos -maíz, arroz y frijol- a toda Centroamérica” (Prensa Libre. 09/marzo/2021), de acuerdo a lo expresado por Sebastián Charchalac*, representante de la Asociación Nacional de Granos Básicos (Anagrab), así que corresponde al gobierno apoyar a este sector con “una estructura que permita a los productores desarrollarse y volverlos más competitivos” *.
