Salvador Paiz
Es imposible negar que la educación es el ingrediente fundamental en el
desarrollo de cualquier sociedad. La educación es la manera más efectiva de
reducir los niveles de pobreza, y de cambiar nuestro mundo.
A través de la educación, cualquier niño o joven tiene la posibilidad de desarrollar
conocimientos que pueden transformar su vida. Logra aprender nuevas habilidades que
cambian su manera de pensar, de desarrollarse en el mundo y, en especial, de alcanzar
sus sueños.
Estas habilidades mejoran su perfil laboral, le permiten ser más productivo,
optar por un empleo digno, emprender y montar un negocio propio, entre tantas
otras posibilidades. Con ello su vida se transforma para bien.
Se convierte en un catalizador de cambios para quienes lo rodean, su familia, su comunidad y su país. Incluso existe evidencia estadística que lo comprueba. Según la UNESCO, si cada niño
en países de bajos ingresos alcanzara la habilidad de lectura a nivel básica, la pobreza
mundial se reduciría en un 12 por ciento.
Por otro lado, el Banco Mundial estima que los ingresos por hora de una persona aumentaran 9 por ciento por cada año de escolaridad. La evidencia es clara e innegable. A más educación, más desarrollo. Por tal razón muchos países en el mundo invierten decididamente en educación para así poder alcanzar mejoras significativas en su economía y desarrollo social.
Un ejemplo es Corea del Sur. Desde la década de los 60′, Corea del Sur trazó una hoja de ruta y priorizó la inversión en educación de su población. En relativo corto plazo pasó de ser un país pobre a ser un país desarrollado.
Pero el mundo no se queda estático y hoy la tecnología está transformando muchos
aspectos de nuestras vidas. Hoy vemos autos que se manejan solos, telemedicina para
diagnosticar enfermedades de manera remota, y drones que fertilizan nuestros cultivos de
manera automatizada.
Estos avances nos obligan a redoblar esfuerzos educativos, no solo para recuperar el terreno perdido, sino para prepararnos ante las necesidades laborales del futuro.
Quedarnos estáticos es retroceder. No podemos seguir siendo analfabetas digitales. El
aprendizaje de habilidades tecnológicas es determinante para poder tener acceso a los
trabajos del mañana.
El Foro Económico Mundial predice que, en los próximos años, serán creados más más de 90 millones de puestos de trabajo relacionados al ámbito tecnológico. Se predice también la desaparición de muchos trabajos que serán automatizados.
Nuestros jóvenes son nuestro futuro. Y debemos dotarlos con las habilidades digitales para ser exitosos en el mañana. Es por ello que, como Funsepa, desde hace 18 años le hemos apostado a la incorporación de herramientas tecnológicas en la educación de nuestro país. Llevamos
tecnología, contenido y poderosas herramientas de aprendizaje a las escuelas públicas.
En Funsepa estamos convencidos que la educación es fundamental para el desarrollo de
Guatemala como nación, y para potencializar el desarrollo individual de cada uno de los
guatemaltecos.
La tecnología nos permite acelerar los procesos de aprendizaje y nos abre
la mente a todo un mundo de posibilidades. A través de la tecnología, nuestros niños y
jóvenes descubren que su potencial no tiene límites y que podrán alcanzar sus
sueños más ambiciosos.
En ese sentido, desde hace tres años, hemos impulsado la iniciativa de “Municipios
digitales”. Un municipio digital, es aquel municipio: en que todas las escuelas cuentan con
un laboratorio de computación y aplicaciones especializadas de aprendizaje, en que todos
los maestros reciben una capacitación sobre el mejor aprovechamiento de la tecnología
en el aula, y en que se instala un centro comunitario tecnológico para la población
extraescolar.
El pasado viernes 28 de marzo, gracias al apoyo del Ministerio de Educación
y el liderazgo de la ministra Claudia Ruiz de Estrada, inauguramos el noveno municipio
digital de Guatemala, Santa Catarina Palopó, en Sololá. Con ello, 856 niños y niñas de
este municipio tendrán acceso a herramientas tecnológicas que cambiarán la manera en
que aprenden.
En algunos municipios, ha sido Funsepa y sus donantes quienes han brindado ese
equipamiento tecnológico. Hoy celebro el hecho que, en Santa Catarina Palopó, la mayor
parte de las escuelas fueron equipadas gracias a la visión y gestión de nuestra sra.
ministra.
Desde Funsepa, estamos actualizando el contenido de todos los equipos para
incorporar las mejores y más recientes aplicaciones de aprendizaje.
Además, estaremos trabajando de la mano con todos los docentes para asegurar que le puedan sacar el mejor provecho a la tecnología. Y, finalmente, estaremos equipando una escuela por
cooperativa, así como el centro comunitario para la educación extraescolar.
Celebro el que cada día sea mayor la proporción de la inversión que se absorbe desde las
arcas del Estado. En esta ocasión, como fundación, queremos aplaudir la decidida labor
de esta cartera ministerial por lograr este cambio tan importante en esta comunidad. Y
espero que el próximo ministro o ministra, continúe con esta visión de llevar la educación
de Guatemala decididamente ¡hacia el futuro!
En nombre de Funsepa, agradezco al Ministerio de Educación por impulsar esta gran
iniciativa. Gracias a nuestros aliados de Funsepa US, por permitirnos enriquecer estas
herramientas con contenido de calidad.
Gracias al equipo de la Fundación por todos sus esfuerzos para hacer esto realidad. Y, finalmente, gracias a toda la comunidad de Santa Catarina Palopó, por creer en su niñez y por atreverse a ser parte de esta revolución digital.
Esto es lo que podemos lograr cuando trabajamos como equipo. Me emociona saber que
hoy, nuevamente, estamos haciendo historia. Mi padre, Sergio Paiz Andrade, soñaba con
llevar computadoras a cada aula de clases y hoy me llena de satisfacción ver que nos
acercamos a cumplir ese sueño, un municipio a la vez.
Solo me queda decirle una cosa a los niños y jóvenes de Santa Catarina Palopó: ¡aprovechen estas herramientas! Utilicen estos espacios de aprendizaje y crecimiento. Tengan por seguro que, con su curiosidad e intelecto, ¡podrán construir un futuro brillante y prometedor!